El amor perdido

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Hay un amor que no se menciona en el capítulo anterior y es de los más importantes que hay hoy en día y de los que más se pierden cada vez, el amor que nadie menciona antes es en parte el motivo de que empezara a escribir este libro, es un amor que muchos olvidan durante mucho tiempo, la pérdida de este amor es la razón de que existan miles de relaciones tóxicas tanto amorosas como de amistad o incluso entre familia, este amor es el amor propio, el amor que hace que cada día seas mejor, que te esfuerces más, que te formes aprendiendo sobre lo que te apasiona aunque estés cansado y no tengas ganas ni quieras seguir desvelándote cuando fácilmente solo podrías procrastinar y desperdiciar tu tiempo, el amor que hace que alcances tus metas y te cuides comiendo saludable y manteniendo buenos hábitos.

Este amor es el que hace que aunque ames a otras personas y sientas que no puedas vivir sin ellas, no llegues a descuidarte por consentir a los demás esperando su aprobación ni tampoco pases el límite de herirte permanentemente sacrificando tu bienestar físico o mental, es el amor que hace que puedas seguir amando a otras personas como se lo merecen después de ser herido por personas a las que no le importas y sanar adecuadamente para poder darle a la persona indicada el trato, el respeto y el amor que se merece.

No me mal interpretes, esto no quiere decir que por tener amor propio te vas a volver egocéntrico y despreciarás a los demás y solo buscaras tu propio beneficio, no es excusa para decir que si te lastiman tienes que alejar a los demás y cerrarte e incluso dejar de confiar en las personas con la excusa de que te amas y tienes amor propio, el amor propio es buscar lo mejor para uno mismo respetando a los demás y sin dañarlos, a veces incluso debes hacer cosas que no te gustan como estudiar, hacer ejercicio o aprender oficios que te servirán cuando tengas tu propia casa, te estás mintiendo a ti mismo cuando usas a los demás solo con la excusa de que tienes amor propio y no involucras tus sentimientos en ninguna de tus relaciones porque al final te creas enemigos y te acostumbras a creer que tus actos no tienen consecuencias y que las personas nacieron para usarse.

Alguien dijo alguna vez que las cosas se hicieron para usarse y las personas para amarse y la razón por la que el mundo está tan mal es porque las personas están siendo usadas y las cosas están siendo amadas, el dinero se volvió un fin en sí mismo cuando antes era solo un medio para obtener cosas que realmente servían y tenían utilidad como una casa, un carro o un negocio que mantuviera a la familia, Jesús también dijo que uno de los peores enemigos del hombre era el amor al dinero, pero ojo dijo el amor al dinero, no el dinero en sí, el dinero es bueno cuando es utilizado adecuadamente y más cuando se usa para ayudar a los necesitados y no para demostrar algo ante la sociedad a la que ni siquiera le importas realmente.

Pero volviendo al tema del amor propio tampoco se trata de ser un mártir y esclavo y mucho menos si la otra persona no te ama ni se preocupa por tu bienestar, no vale la pena ser un mártir y ser abusado por los demás solo porque todos saben que accedes a lo que sea con tal de tener felices a los demás, no es correcto sacrificarse por un fin tan bajo como el de tener felices a personas a las que ni siquiera le importas, esas personas tampoco tienen amor propio porque si así fuera buscarían la manera de crear un círculo de amistad donde tuvieran personas en las que realmente pudieran confiar y que esas personas también pudieran confiar en ellas.

La única ocasión en la que vale la pena realmente dar a torcer la mano por tu amor propio es por un gran ideal, que sea para cambiar y salvar a muchas personas y marcar un cambio en la tierra o en el universo que sea para bien, que sea algo en pro de la humanidad o de alguien que sepas que honrará tu memoria por el resto de su vida y dejará tu legado o simplemente alguien que sabes que hará de este mundo un mejor lugar.

Debe ser un equilibrio entre el amor que das y el amor que recibes continuamente y en movimiento pero sin que sea un amor comercial o interesado, sin que sea como un trueque o un intercambio donde ambas personas se van volviendo codependientes la una de la otra, tiene que ser un amor que a uno le nace dar y es espontáneo y desinteresado, en una relación das y recibes preocupándote por el otro, te sientes agradecido y buscas la manera de ver que tu pareja esté bien y esté feliz porque te nace hacerlo, sientes esa necesidad de asegurarte que se encuentre bien y de que esté a salvo y se vuelven un equipo capaz de trabajar en coordinación y de entenderse y saber que quiere la otra persona incluso antes de que esa persona lo mencione.

El amor te trae felicidad, es cierto, pero con el también viene el dolor y hay que estar conscientes de eso, pero el que ama realmente de corazón no le importa dar todo de él, se entrega y da su mayor esfuerzo y aunque esté teniendo un dolor latente lo hace con gozo y felicidad porque en su interior sabe que vale la pena. Lo hace desinteresadamente, igual que Itachi sonreía antes de morir porque había cumplido su propósito y su hermano había crecido y estaba a salvo, igual se llena aquel que ama de verdad aún en los malos momentos, aún en el sufrimiento y el dolor, no le importa, se siente satisfecho de su sacrificio.

En conclusión el amor propio es bueno en la cantidad justa y está para tu beneficio pero tener amor propio de más hará que tu ego crezca, que estés solo y no tengas nadie en quien puedas confiar y quien te pueda apoyar, pero tampoco debes tener muy poco porque abusarán y se aprovecharán de ti, el equilibrio es la clave y también el respeto que te tengas cuando alguien trate de aprovecharse de ti.

Cómo no valer verga en la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora