Apuestas.
—Entonces... ¿Lo disfrutaste?— pregunta soltando las llaves con un sonoro ruido sobre la mesada cuando llegamos.
—Muchísimo— sonrío acercándome a donde él se encuentra parado. Sin embargo al decir lo próximo mi sonrisa se desvanece un poco— o al menos hasta la última parte, cuando perdí. Ahí no tanto.
—Te dije que a lo mejor sería el primero en ganarte.
— No creí que fuera verdad— digo poniendo mis manos sobre mis caderas.
—Ya te dije— se encoge de hombros— hay cosas que me motivan.
—¿Si?
—Mhm— asiente.
Nos quedamos en silencio por los próximos segundos solamente mirándonos el uno al otro, como si en ese mismísimo momento una extraña conexión se estuviera formando entre nosotros. Como una burbuja que nos une cada vez más a cada momento.
En un momento sus ojos comienzan a desviarse a mis labios y a mis ojos nuevamente varias veces de una manera lenta, y puedo sentir una fuerte tensión entre nosotros mientras lo hace.
Él traga grueso antes de hablar.
—¿Puedo tomar mi premio?
¿Es lo que pienso? ¿O estoy imaginando cosas?
No, no lo haces.
Asiento, las palabras no salen de mí en este momento y menos cuando lentamente comienza a acercar su rostro al mío, menos cuando comienzo a sentir nuestros alientos mezclarse y menos cuando nuestros labios comienzan a rozarse.
—Cal...
No necesito decir más porque sus labios completan el toque entre ellos con firmeza mientras que una de sus manos se posiciona en mi cintura y la otra en mi mejilla, ambas con delicadeza a nuestro tacto.
La sensación se siente bien, demasiado bien y es por eso que me alejo un momento, porque necesito comprobar que esto, que el toque tan suave de sus labios contra los míos y lo que comienza a abrirse paso en mi interior y comienzo a aceptar es real.
—Bea, lo siento yo...— comienza a decir apresuradamente cuando reacciono de que me lo he quedado mirando más tiempo del que pretendía.
Él hace un intento de alejarse, pero no lo logra porque esta vez soy yo quien toma con mis ambas manos su nuca para volver a acercarlo.
Nos quedamos frente a frente, él esperando que yo diga algo, y yo tratando de sacar lo que quiero de mi garganta.
Y por primera vez lo logro, logro poder decir lo que quiero sin sentirme incómoda en lo más mínimo porque con Callum todo es mejor, y eso lo he comprobado desde el mismísimo momento en el que lo conocí.
—Quiero que... quiero que me beses.
Las comisuras de sus labios se elevan ligeramente antes de que vuelva a tomar mis labios con los suyos, esta vez con más intensidad.
Yo no me niego a devolverselo, de hecho lo hago de la misma manera hasta el punto que comenzamos a movernos enérgicamente de un lado a otro y él debe colocar sus ambas manos sobre mi cintura para mantenerme en el lugar, lo que me hace sonreír sin embargo no me hace detener el beso.
Su lengua comienza a abrirse paso con precaución dentro de mi boca, hasta que se roza con la mía de una manera tan suave pero con tantas ganas al mismo tiempo que me hace soltar un jadeo por lo bajo que me toma por sorpresa, pero que a él solamente parece gustarle e incentivarlo a más.
Una de sus manos comienza a descender hacia la parte baja trasera de mi cuerpo y si bien no es algo que me espero para nada si es algo que me agrada.
Masajea mis muslos por varios segundos hasta que soy yo quien se aleja para retomar la respiración, a él no parece importarle, de hecho lo aprovecha para poder tomarme con sus brazos, obligándome a cruzar mis piernas detrás de su espalda para mantenerme.
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El Destino De Lo Imposible ✓
RomanceBea visita una ciudad completamente desconocida para ella cuando es invitada a pasar un mes junto a su mejor amigo en su apartamento. ¿Pero qué pasaría si el mismo no estuviese en casa? Bea tendrá que convivir con su compañero de piso. Callum, un c...