Capítulo 24/4

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Callum.

Me gustaría poder decir que la mejor noticia de mi semana ha sido haber entregado uno de los mejores folios, y que por eso mismo pasaré a la siguiente ronda, sin embargo esta ha pasado al segundo lugar en cuanto he recibido el llamado de Bea durante esta mañana.

Bueno si, yo la llamé primero, porque de algún modo así me lo requería el futuro, pero... bien. Aquí va.

En mis folios se encontraban naturaleza, objetos y personas, o más específicamente... Bea, a quien le pedí hace más de medio año que sea mi modelo de esos mismos folios. Los superiores a cargo de la revisión de donde estoy aplicando tomarían una de esas tres temáticas en cuenta, la que más les guste, luego de eso tendría que repetir bajo ciertas condiciones, esta vez más certeras, la misma categoría.

Eligieron a la persona. Ciertamente a este punto no puedo cambiar a mi modelo, teniendo en cuenta que es la única a la que le he tomado fotografías para mis folios.

La llamé. Quería pedirle ese favor, porque aún las cosas sean como ahora entre nosotros ella es una buena persona, y no dudaría en ayudarme sabiendo lo importante que son la fotografía y este puesto para mí.

No hice mal en creer en ella, de hecho, cuando me llamó yo le expliqué la situación no dudó en aceptar, aún todo entre nuestras palabras estuviesen tensas en todo momento. Solamente nos contestamos por si, no y alguna que otra pregunta por educación y bueno, en parte porque a mí aún me interesa ella y no creo que jamás pueda ser de otra forma, en cuanto a ella... quiero que sea feliz.

El problema fue antes de esa conversación con Bea, cuando intenté llamar la primera vez.

Zach contestó, maldita sea. No me puedo quitar ese nombre de la cabeza, es tan horrible...

No me contestó bien, todo lo contrario. Al momento de escuchar mi voz es como si se hubiese vuelto loco, y si bien él no tendría por qué haber tomado el móvil de Bea y contestarlo como si nada, en parte me siento culpable por lo problemas que pueda tener ella ante eso, quizá no debí llamar tan temprano, después de todo, es obvio que ella no se despertaría a la salida del sol.

En cuanto a Bea y mi culpabilidad... también me siento así por las últimas palabras que le dije antes de alejarnos. Fui un estúpido y estaba dolido, aún lo estoy.

¿Por qué Bea sigue con él? ¿Por qué no se aleja de él de una vez? Yo podría ser un mejor novio que él, yo podría hacerla sentir todo y mucho más, o al menos intentaría con la mayor de mi voluntad.

—Pareces muy distraído— me dice Alia sentada en flor de loto sobre mi cama mientras acaricia a Caprichitos arriba de sus piernas.

—Lo estoy.

—No deberías— Irina, mi amiga pelinegra aporta entrando a la habitación con tres cervezas entre las manos, una para cada uno.

Iba a venir Scott también, pero al parecer el pacto de solo sexo que estaba manteniendo con Alia no acabó bien. Ahora él está sintiendo demasiado por ella, como era de esperarse y si bien ella aún no lo sabe prefiere evitarla unos días antes de poder soltarlo.

—Yo sé— tomo en mi mano la botella que me entrega— pero no puedo evitarlo yo...

—Basta— Irina me corta con poca paciencia— No vas a volver a hablar de Bea. No te quiero escuchar más.

—Iri...—Alia le dice por lo bajo, sin embargo la pelinegra vuelve a contestar, como de costumbre, sin pelos en la lengua.

—No. Ya me cansé de esto. Te gustaba Bea, lo entendemos, pero ¿Puedes ya de una maldita vez superarla? Todos hemos tenido amores fallidos, además tú sabías que no dudaría, ella se quedaría un mes después de todo.

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