Capítulo 26/6

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Bea.

El lugar es realmente precioso, sin embargo lo sería aún más si el chico frente a mí no estuviese todo el rato serio al mirarme.

—¿Te ayudo en algo?— le pregunto al ver como me encuentro simplemente parada viéndolo preparar todo.

En respuesta solamente niega mientras continúa ajustando el trípode a la altura perfecta.

¿De verdad estaremos así todo este tiempo? ¿No hay manera de... estar bien? Me gustaría volver a esa cercanía que teníamos, sin embargo eso es algo que parece imposible en este punto. A lo mejor es hora de rendirme.

Pasan unos diez minutos más hasta que Callum termina de acomodar sus cosas y arreglar algunas cosas en la cámara, las cuales no entiendo pero menciona mientras me obliga a posicionarme en un centro específico para, lo que creo yo, enfocarme. Cuando es momento de ponerme frente a la misma a posar realmente es que recuerdo lo difícil que me resultó la primera vez.

Creí que sería más fácil, pero no es así, en ese tiempo tenía a Callum de mi lado apoyándome.

Aunque no quiera hacerlo ver Callum parece notar que estoy nerviosa, y al contrario de inquieta, estoy estática.

—Puedes interactuar con el entorno.

Sus palabras no suenan como las del Callum que alguna vez me habría aconsejado, estas solamente suenan como una directiva sin más.

De todos modos lo intento. No debo permitir que los pensamientos que vengan a mi mente o que las emociones que se me agrupan en mi pecho puedan afectar el esfuerzo que tengo que dar por el chico frente a mí, su futuro y su sueño.

Me apoyo contra el árbol que se encuentra detrás de mí, del mismo caen hojas secas que forman parte del hermoso otoño.

Me doy cuenta de que mi pose es muy brusca cuando Callum no presiona ningún botón de la cámara para capturar la imagen.

Intento hacerlo nuevamente, esta vez no apoyándome, sino reclinandome suavemente. Esa posición es la que parece gustarle más cuando veo que si la captura, por lo que decido en la misma pose comenzar a hacer leves variaciones.

Coloco mis manos sobre mi espalda de manera que mi cuerpo —tal como Callum me enseñó hace tiempo para formar formas geométricas de una manera no obvia, sino estética—.

Recibo otro click y luego otro, pero cuando es tiempo de cambiar de fondo es cuando todo se vuelve a complicar.

Mi nuevo fondo es una pequeña laguna posicionada entre arboledas, rocas y flores secas. Es precioso, pero... ¿Y yo qué hago?

El árbol fue suerte, y tal vez asimilación, después de todo no cambié demasiado mi pose a una de las cuales había hecho en la sesión anterior hace medio año. Ahora estoy perdida.

Me arrodillo frente a la laguna, las punta delantera de mi vestido se moja un poco, sin embargo se ve bien. Con mi mano toco ligeramente el agua frente a mí y trato de que el cabello me tape la cara, realmente no creo que este sea mi mejor ángulo.

Cuando dejo de escuchar clicks provenientes de su cámara es su voz la que me llama.

—Bea.

—¿Si?— lo miro curiosa, después de todo es la primera vez que me dirige la palabra primero él antes que yo.

—¿Te animas a más?

Frunzo mi ceño sin comprender, realmente que no lo hago.

—¿Te meterías al agua?

Miro el agua, su profundidad y pienso la cantidad de variaciones de fotos que él podría sacar si yo así me animase, sin embargo...

—No sé nadar.

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