Intrusa.
Cassie y yo nos encontramos en el cuarto de Sam. Yo sentada en posición de loto sobre la cama mientras ella se encuentra sentada más adelante sobre una silla frente al escritorio que sostiene un espejo circular de una manera algo desastrosa y poco segura, y que de hecho solamente está apoyado contra una pila de apuntes de la universidad de Sam.
Está probando los maquillajes que le regalé anoche y los cuales parecen encantarle, sin embargo por ahora parece estar haciéndose un maquillaje muy natural.
Yo también estoy maquillada, me lo hizo antes que a ella y le agradezco mucho, creo que los colores me van muy bien.
Viendo a Cassie como la chica que tengo en frente, que ya no es una niña, me doy cuenta de que realmente no somos tan diferentes. Dos chicas incomprendida en ciertos puntos que buscaban contención.
La diferencia es que yo la encontré en los chicos, y no en mi familia mientras que ella... ella no la encontró en nadie.—¿Te puedo hacer una pregunta?— Cassie se gira a verme aún con el delineador en su mano.
— Si, dime— asiento.
—Esto... nosotras— señala el espacio entre nosotras— ¿Solo será hasta que volvamos a casa o... o también seremos como amigas luego?
Una sonrisa que trato de ocultar se forma en mis labios, porque está claramente dando a entender que esto si le agrada.
— No somos "como amigas"—le digo— somos amigas.
Ella sonríe algo avergonzada a boca cerrada antes de volver a darse la vuelta.
—Beatriz, no te pongas sensible.
— No lo hice, solamente dije lo que somos.
—Bueno, Beatriz— en su tono de voz escucho cierta diversión mientras yo giro los ojos.
—Voy a buscar un vaso de agua a la cocina, ¿Quieres?
— No, gracias— dice sin mirarme, está muy concentrada aplicando las sombras brillosas color plata sobre sus párpados.
—Perfecto, Cassandra. Vuelvo en un momento— me burlo. A ella tampoco le agrada que la llamen por su nombre completo.
Me levanto, me dirijo hacia la puerta, la abro y salgo con la intención de ir directamente a la cocina cuando mi mirada se desvía inconscientemente hacia la zona izquierda del apartamento.
En el balcón Callum se encuentra sentado y fumando sobre la reposera roja que puso Sam hace días.
El humo que sale de sus labios va dirigido hacia arriba donde poco a poco comienza a desaparecer.
Antes de que me dé cuenta ya me encuentro caminando hacia él y cuando me encuentro lo suficientemente cerca apoyo mis manos sobre sus hombros, dejando unas suaves caricias que hacen que los mismos se relajen notablemente antes de que gire el rostro para mirarme.
—Hola, intrusa— su voz me da indicios de que no hace mucho despertó.
—Hola, Cal.
Callum apaga su cigarrillo y lo arroja al pequeño bote al otro lado del balcón con una perfecta puntería de la que me quedo impresionada por un momento hasta que escucho su voz nuevamente.
—Ven— me tiende su mano, yo la tomo y me dirige hacia adelante, más específicamente hasta dejarme sentada sobre su regazo, mirándolo de frente— no estabas conmigo cuando desperté.
—Estaba con Cassie— le explico— ¿Por qué? ¿Extrañabas tanto estar a mi lado?— le pregunto de broma.
Callum me da media sonrisa.
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El Destino De Lo Imposible ✓
RomanceBea visita una ciudad completamente desconocida para ella cuando es invitada a pasar un mes junto a su mejor amigo en su apartamento. ¿Pero qué pasaría si el mismo no estuviese en casa? Bea tendrá que convivir con su compañero de piso. Callum, un c...