- ¡Yoongi! Te quiero mucho ¿Tu me quieres?
- Jimin mejor duérmete, mañana hablamos _ trató de hacerlo echar en la cama.
- ¡No! Y contestame _ lo agarró del rostro _ ¿Me quieres Yoongi? ¡Dime!
- No.
- ¿No me quieres?
- No... yo te amo.
- ¡Me amas!
...
Jimin un chico rubio de 23 años se encontraba en la cocina de su departamento, la cual compartía con su novio Yoongi.
El se había levantado a esa hora solo para prepararse algo de comer, ya que sus tripas le crujían.
Lastima que el rubio creía en esas cosas de chamucos, demonios o como se diga.
Eran justamente las tres de la mañana y a duras penas ponía atención a lo que preparaba.
Cuando ya pudo terminar de preparar su tostada, escucho un ruido proveniente de la sala, en ese momento casi empieza a rezar todo un rosario.
Entonces empezó a escuchar pasos que se acercaban a él y casi se desmaya ahí mismo si no fuera por...
-¡¿Jimin, amor que haces?! _ Yoongi trató de asustarlo, el claramente sabía que a su lindo novio le asustaban esas cosas.
-¡Mierda yoon! _ contestó llevando su mano al pecho _ me asustaste _ jadeó un poco.
- Lo siento _ dijo con una media sonrisa_ pero dime ¿Porque estás despierto a esta hora?
- Tenía hambre _ dijo sin más, dándose la vuelta para poner su tostada en un platillo
- aaah ya, _ el pálido se acercó al rubio abrazándolo por la espalda _ yo me levanté porque también tengo hambre_ dijo apoyando su mentó en el hombro del rubio.
- ¿En serio?, entonces ¿quieres que prepare algo para ti también? _ preguntó girando un poco su cabeza para ver al pálido.
- Tengo hambre, pero de ti bebé _ dijo empezando a besar el cuello de su novio.
- Yoo...yoongi~~ _ dijo suspirando el rubio _ no creo que sea buen mo...momento~~ _ Jimin ya estaba sucumbiendo a los encantos de su novio, yoongi siempre le hacía perder el juicio.
- Bien, entonces ¿estás seguro que no quieres que siga? _ preguntó metiendo su mano dentro de la pijama del rubio.
Jimin no contestó, era obvio que quería que seguirá, para este entonces ya se había olvidado de su tostada.
El rubio apoyó sus dos manos en el mesón de la cocina justo donde estaba preparando su tostada, ya que su novio había empezado a frotar su gran erección contra su trasero.
- Mimi no te escucho, amor no contengas tus gemidos _ dijo contra su oído derecho mordiéndo sutilmente _ por favor Mimi _ empezó a rogar.
Jimin no aguanto más y soltó todo lo que a duras penas estaba reteniendo mordiendo sus labios.
- Yoongi~~ ahhh~~ no~ pa...pares~~ gatito _ dijo el rubio entre gemidos.
- Que quieres que haga, dime Mimi, pídemelo y yo obedezco _ habló más ronco de lo normal y con un tono sexy.
-Hazlo, follame aquí y ahora mismo aaahhh~~ _ yoongi se frotó contra él con más intensidad.
- Tus deseos son órdenes bebé _ el pálido se alejó un poco y rápidamente se bajó el pantalón de su pijama.
Agarró de las caderas a su novio para levantar su trasero y de un tirón bajo el pantalón de la pijama de su novio.
Acto seguido levantó el trasero del rubio y sin previa preparación lo penetró.
- aaaah~~~ yoon~~ _ dijo fuerte y claro _ muévete que ya no aguanto~~ rápido~~ _ pidió entre gemidos, yoongi rápidamente hizo caso, sabía que a su novio le gustaba que le dieran duro contra el muro.
Siempre había sido así, a ambos les gustaba esto, hacerlo duro y sin restricciones.
- Bebé no sabes cuánto me encantas _ dijo justo en su oído penetrándolo a diestra y siniestra.
- Siii~~ yoon~~ no pares~~~ más~~ más duro ~~ gatito~~ _ y el pálido se descontroló, empezó a moverse como loco, no se aguanto nada ni una palabra de amor ni cachonda.
- Jimin~~ así bebé~ apriétame más~~ bebé~~ si~~ cariño~~ asi~~ me vengo amor~~
- Si~~ así yoon~~ yo también me ven... _ ambos se corrieron al mismo tiempo.
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- Amor, eso fue intenso _ dijo besando su cuello.
- Si lo fue gatito _ contestó de forma agitada.
- Te amo Jimin, eres mi vida _ dijo moviéndose un poco dentro de él.
- Yo también te amo gatito, como no tienes idea _ dijo feliz _ ¿Segunda ronda? _ preguntó el rubio sin más.
- Amor, eso no se pregunta, te doy hasta una décima ronda.
- jajaja yoon~~ _ se le escapó un gemido _ no me hagas reír que sigues dentro de mí _ reclamó.
- Y seguiré toda la noche bebé.
Y sin más lo llevo a la cama, ya que lo prometido era deuda, debía darle sus diez rondas a su novio.
