No me destruyas | hyunjin

ᴄɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴀ ʏ ᴏᴄʜᴏ

—¡Carajo ten más cuidado!—se quejó Lassare debido a que un chico de cabellera larga le agarró fuertemente del brazo.

—Cállate y avanza.—la empujó bruscamente.

Otros dos chicos llevaban a Hwang detrás de Lorraine, estaban más que confundidos, ¿En donde estaban? ¿Y por que Liliana los secuestró aparte de lo que les dijo?. Bajaron varias escaleras llegando a un pasillo totalmente obscuro, caminaron todo el largo pasillo hasta llegar a una puerta, una chica sacó la llave y abrió la puerta.
Los chicos que llevaban a Hwang y a Dallas, les quitaron las esposas y los empujaron bruscamente dentro de la habitación haciendo que se quejaran.

—¡Son unos malditos hijos de pu!—la interrumpieron, pues aquello chicos les cerraron la puerta de metal en su propia cara.

El chico rió maliciosamente mientras se mordía sus labios, Lorraine estaba más que furiosa, estaba explotando de furia olvidándose que esta estaba solamente en ropa interior. Después de que aquel chico se quitara, pudo ver a Bang un poco a lo lejos con lágrimas en sus ojos, viéndola directamente a ella, estaba más que confundida, y es donde entendió que todos los hombres son igual, o no igual pero...por fin ha entendido que las apariencias engañan, y demasiado.

—¡Jodete Bang Christopher Chan!—gritó, retumbó por la pequeña habitación en donde estaban. Chris logró escuchar aquello.

—¡JODETE!,¡JODETE!,¡JODETE!—volvió a gritar golpeando la puerta de metal, sus nudillos empezaron a sangrar.

Hyunjin estaba más que en shock, ¿esto era un sueño? o ¿era una pesadilla?. Una pesadilla a hecha realidad, para el.

Estruendos se escuchaban por toda la habitación en la que estaban encerrados, pues era debido a que Lassare estaba golpeando sin piedad la puerta de metal con sus puños, sus nudillos estaban completamente rojos y estaban sangrando demasiado, había un inmenso charco de sangre en el piso, pues toda la sangre escurría.

—Hey, Hey—se acercó a ella, la tomó de la cintura y la jaló hacia el, volteándola, su rostro estaba rojo y las lágrimas salían sin secar de sus ojos.

Hyunjin no lo pensó dos veces y la estrujó contra su cuerpo con un abrazo.

—Necesito que te tranquilices, tenemos que curar esos puños antes de que empeore.—dijo en su oído con voz suave para al menos tranquilizarla.

—Esto no puede empeorar más, ya está más que empeorado.—su voz temblaba. Aún seguían abrazados.

Hyunjin rompió el abrazo limpiando las lágrimas que el rostro de la chica tenía. El ya no podía llorar, por fin había visto a su hermana, y eso lo puso más que feliz, pero aún así, está más que preocupado, tienen que salir de ahí lo más pronto posible.

—Tenemos que salir de aquí, ¿alguna idea?—dijo Hyunjin, caminó hacia la puerta de metal y le echó un mal ojo hacia el chico que estaba sentado en las escaleras.

—Sal tú y llévate a Yeji, yo me quedo aquí.—se dejó caer al frío piso mientras abrazaba sus propias piernas.

Hyunjin inmediatamente frunció su ceño y se acercó a ella con la intención de ayudarla a pararse.

—No. Estás muy demente, vamos a salir los tres de aquí, nadie se va a quedar y jamás te dejaría sola.