Cap. 3

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3. Un banco extraño.

Luego de ahogarse en la vergüenza durante varios días, Harry salió de la casa... O más bien fue botado de esta.

—En unas horas vendrán los compañeros de trabajo de Vernon a pasar el rato -dijo la tía, Petunia, antes de agarrarlo del brazo y arrastrarlo hacia afuera-, no quiero ni saber de tu presencia hasta que la noche haya caído, ¿entendiste chico?

No le dio tiempo a responder antes de cerrarle la puerta en la cara.

"Bien" pensó "ni siquiera pude sacar un paraguas" dijo viendo como el sol comenzaba a salir más y más. Debería decidirse dónde pasar el tiempo, antes de que sea medio día.

Mientras caminaba por un parque cercano, en la seguridad de las sombras, un par de arbustos cercanos se movieron para dar paso a alguien familiar para Harry. Sorprendentemente, era la serpiente del zoológico.

Harry se quedó estático, porque reconocía que una boda constrictor era muy peligrosa. Así que cauteloso, permitió que se acercara, pero estaba tan tenso que podía escuchar a su propio cuerpo temblar.

No tengas miedo, hablante -le dijo la serpiente-, vengo en paz.

Intrigado, Harry se acerca más para luego ponerse a la altura de la serpiente: —¿Cómo me encontraste?

Seguí tu magia, niño -le respondió-. Vengo para devolverte el favor que me hiciste.

¿El favor...?

¡CLARO! -interrumpió-, me liberaste de ese lugar infernal, ahora pienso hacer lo mismo por ti.

Harry no entendía de a lo que se refería la serpiente, pero cuando prestó atención, descubrió que está se estaba haciendo más pequeña en tamaño para luego subir por sus ropas y esconderse a la altura del cuello. Adivinando sus dudas le dijo: —Soy una serpiente mágica, hablante. Una especie especial que puede sentir rastros mágicos del ambiente. Cuando tomé de tu sangre, solo fue cuestión de tiempo para encontrarte, aunque fue difícil, porque existe un tipo de barrera por este lugar que me impedía llegar a ti.

Harry quería seguir haciendo preguntas, pero sintió a la presencia acechando en sus pensamientos. Así que se concentró y decidió resumir toda su verborrea ya planeada.

"Como serpiente mágica... ELLA DEBE SABER EN DONDE VAN DE COMPRAS LOS MAGOS!" Pensó con entusiasmo.

Disculpe, ah, señora serpiente -empezó-. ¿Usted sabe dónde se reúnen los mago para hacer sus compras?

La serpiente lo miró por varios segundos antes de responder: —No

Antes de que Harry pueda suspirar decepcionado la serpiente de manera orgullosa dijo: —Pero sé donde podría estar. Al salir de la prisión esa, encontré una gran concentración de magia cerca de ahí, podemos empezar por ese lugar... Si sabes cómo llegar, ¿No?

Y Harry, maravilloso sea el destino, sabía como llegar. Así que con cuidado, y mucho tiempo después, llegó a las puertas del zoológico. Que bueno que siempre carga con el dinero del que tiene escondido para este tipo de situaciones. Aunque de paso se compró un gorro para escapar del sol lo más que pueda.

Con las indicaciones de la serpiente llegaron a un lugar... Sospechoso. "Caldero chorreante" decía el letrero, pequeño y mugriento.

"Wow... Este lugar es horrible" pensó Harry. Pero confiaba demasiado en su nueva amiga, así que, tímido, entró al lugar.

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