Krypto-Magia

Cap. 10

10. Nuevas habilidades.

Al terminar de leer todas las cartas, Harry se sentó, sin fuerzas, en el suelo. ¿Viaje entre mundos? Ahora, si la existencia de la magia lo dejó algo impresionado, en ese momento estaba que no lo podía creer.

¿Conocer a su padre? Harry por supuesto que quería. Tuvo que usar todo su autocontrol para no abrir la pequeña caja y volar al otro mundo. Pero aún no era el momento. Tenía un montón de cosas que hacer antes de poder pensar en ir a buscarlo. "Tal vez el próximo verano, luego de acabar el primer año en Hogwarts" se dijo a si mismo.

Cogió la última hoja presente en la mesa, pero solo eran instrucciones de como podría usarse el baúl.

Con cuidado salió de ese lugar y se encontró con Ragnuk, que venía a ver como estaba. "¿Ya pasaron un par de horas?" Pensó.

—¿Cómo te sientes, Harry? -preguntó Ragnuk.

—Bien, supongo -respondió-. Ahora se la verdad.

—Bueno, como es un tema privado, no preguntaré -Ragnuk le tranquilizó-. Vamos, aún queda una última cosa que hacer antes de que te vayas.

—Un momento, Ragnuk -le hizo esperar Harry-. ¿Cuánto crees que cueste poner todos los libros que tengo en el baúl?

Ragnuk le dió una mirada sorprendida: —¿Todos?

—Si -afirmó Harry-. Me gustaría poder llevarmelos y estudiarlos.

Ragnuk se puso hacer cálculos en su cabeza: —Todos... Necesitaras libreros... Y los de Slytherin... Bien -dijo al fin-. Todo te costará... Un Knut.

Harry, que ya conocía el valor de las monedas gracias al rey, creyó que le estaba haciendo una broma: —¿C-Cuanto?

—Un knut, Harry -cuando el niño comenzó a protestar, el rey le cortó-. Ya me pagaste más que suficiente. El día de hoy, Gringotts ganó millones de millones. Y pudimos apropiarnos de unas cuantas propiedades que tenemos pensado vender. Así que no te preocupes por nada. Toma -le dió un pequeño bolso de cuero-, un regalo, guarda ahí lo que había en el baúl antes de que comiencen con el trabajo. Entrará todo, es más grande por dentro. Pero apresúrate, que aún tenemos un asunto que atender.

Harry, con rapidez, regreso a guardar todo en el pequeño bolso de mano.

Ya en la oficina de Ragnuk, luego de encargar todo lo pedido por Harry, el rey le mostró una caja alargada de madera oscura.

—Esto viene con el anillo, Harry.

Con curiosidad, el niño abrió la caja para mostrar un palo: —¿Que es esto? -preguntó.

Ragnuk suspiró: —Olvido lo ajeno que eres al mundo mágico, chico -le dijo-. Está es una varita mágica. Con ella podrás hacer hechizos y encantamientos. Le perteneció a Salazar Slytherin, su primera varita de muchas. Está conectada con el anillo. Aquel que sea Lord Slytherin, puede dominar a la varita.

Con temor, Harry la tomó. Y no sintió nada.

Luego, en su mano izquierda, el anillo se calentó. Y un sentimiento de ser bañado por agua fría le inundó. Se escucharon silbidos y siseos al fondo de su audición, y el mundo de tiñó de colores azules por un momento. Tan rápido como llegó, se fué. Y Harry tuvo la certeza de que la varita ahora se sentía cálida en su mano.