Cap. 4

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4. Harry... ¿Evans?

Después de eso, Harry fue llevado a fuerzas a una habitación espaciosa. Contaba con muchos libros con extrañas figuras al rededor del lomo, un escritorio hermosamente tallado con decoraciones finas, y un gigantesco candelabro de araña con lo que parecía diamantes y zafiros, dándole a la habitación una luz clara y azulada.

Con suavidad se sentó en uno de las sillas al frente del escritorio y esperó. Y esperó. Y esperó...

Los nervios estaban comiendo a Harry, y cuando solo habían pasado 7 minutos, se notaba que estaba a punto de entrar en un ataque de ansiedad.

La puerta de pronto se abrió para dar paso a uno de esos hombres pequeños imponentes. Atrás de el venían 2 guardias con brillantes armaduras y lanzas puntiagudas.

El primer señor, con un traje finamente entallado y pulcro, solo dio dos pasos antes de soltar un gruñido poderoso y se puso en posición de pelea, agarrando un cuchillo de quien sabe dónde a apuntarlo hacia Harry.

-¿Quien eres y como te atreves a traer esa magia a este lugar? -su voz era tan ronca y peligrosa que mando escalofríos al cuerpecito de Harry.

-Yo-Ah... -antes de poder seguir hablando, el banquero de antes entro corriendo a calmar la situación.

-Mi rey, por favor, el de ahí es Harry Potter. -dijo moviendo sus brazos de manera desesperada.

-Eso no le da derecho a traer esa monstruosidad a este lugar, ¡SAQUENLO DE ACÁ! -ordenó el rey.

-Por favor, mi rey, expliqueme a que se refiere, se lo imploro -rogó el banquero.

-Disculpe -interrumpió Harry. Todos lo voltearon a ver y se sintió inmensamente cohibido-, ¿A-a que clases de magia se refiere?

-No te hagas el desentendido, tu atrevimiento me hace querer cortarte la cabeza aqui y ahora. -esta vez, la voz del rey era baja y arrastrada, como un animal peligroso a punto de matar.

-P-Por favor, no entiendo de qué esta hablando. -declaró Harry.

El rey, a pesar de sus cortas piernas, dio grandes zancadas hasta estar frente a Harry: -Hablo de eso. -señaló, de pronto, la cicatriz en la frente de Harry.

-¿M-Mi cicatriz? -esta situación dejó de tener sentido hace mucho.

-¡NO, NIÑO TONTO! -se irritó el rey-, hablo de lo que se esconde detrás de ella.

Y lo entendió. Porque Harry puede sentirlo, incluso ahora, como la presencia se mueve y se retuerce ante la magia del rey, como una lombriz asustada.

-¿Habla de la presencia? -susurro Harry.

-¿Presencia? -preguntó el rey, cambiando su mirada por una más suave, pero igual de intimidante-, ¿Puedes sentirla?

—Algunas veces -informó Harry-, en el fondo de mi conciencia, cuando pierdo el control de mis emociones... -y Harry vio la mirada que le estaban lanzando-, ¡PERO NO SE PREOCUPEN!, Siempre me esfuerzo mucho por mantenerla alejada.

Ahora, el rey estaba completamente interesado: —¿Lo mantienes alejada?, ¿Cómo? -preguntó mientras caminaba hasta sentarse en lo que parecía un trono pequeño detrás del escritorio.

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