—¿Por qué lo has hecho?
—Ella dijo que yo era detestable, un monstruo —respondí fría.
—T/n, decidiste no montar una batalla para que no muriesen inocentes y ahora casi matas a alguien en mitad del instituto.
—Igual fue una mala decisión, igual deberían morir todos. ¿Por qué me paraste?
—¡Porque no puedes matar a personas aquí en medio a tu antojo!
—Debiste dejar que la matase, se lo merecía.
—Prométeme que no dejarás que la ira vuelva a controlarte —me miró preocupado.
—No prometeré algo que sé que no conseguiré.
—¡Prométemelo!
—Prometo intentarlo —dije sincera.
—Me vale, ahora date una ducha y tranquilízate. Si necesitas cualquier cosa, ya sabes donde está mi habitación, no dudes en venir.
—Mattheo —dije antes de que cruzase la puerta. Se giró para escucharme—. Gracias —me sonrió.
Quise matarla y después de eso aún quería hacerlo, pero él me salvó de una buena, probablemente habría terminado en Azkaban por matar y pese a que la cárcel no era un problema para mí, si lo habría sido para los mortífagos. Mi cargo se lo quedaría Lucius, o tal vez Bellatrix y ninguno de los dos podía ser el líder, incluso una niña de dieciséis años era mucho mejor que ellos liderando, a mí me importan las personas, a ellos nunca les han importado y serían capaces de dejar morir a su propia familia si de esa forma consiguen lo que necesitan. No compartían sangre y aun así cualquiera habría jurado que por su forma de ser eran hermanos ellos y no Bellatrix con Narcisa, esa mujer era la única oveja blanca de la familia, aparte de Draco, claro.
Decidí no bajar a cenar, no tenía hambre, ni ganas de ver como todos murmuran, como si yo no supiese que hablan de mí, cuando encima no se cortan un pelo en mirarme. Tampoco me apetecía ver a Pansy, vale que lo había hecho mal yo, pero no tenía pensado pedirle perdón por algo que llevaba mucho tiempo buscándose.
Dos días después nos despertamos con una sorprendente noticia, estábamos en el gran comedor desayunando cuando nuestro director, Dumbledore, se levantó de su mesa porque tenía algo que comunicarnos a todos.—Ron Weasley ha fallecido esta noche, por lo tanto, hemos decidido que hoy no habrá clases.
Llevé mi mirada de sorpresa hasta los gemelos, quienes estaban completamente helados, cosa que no me sorprendía. Se levantaron para irse y corrí hacia ellos para abrazarlos a ambos a la vez, recibieron mi abrazo con gusto y comenzaron a llorar.
—Lo siento muchísimo, chicos —dije con los ojos cristalizados—. Si necesitáis cualquier cosa, venid a buscarme, siempre que me necesitéis estaré para vosotros, ¿de acuerdo? —ambos asintieron y me aparté de su camino para dejarlos marchar con el corazón roto.
Después me fijé en Ginny, ella no me importaba en absoluto, después de todo era con quien Harry me había puesto los cuernos y yo no simpatizaba con personas a las que odiaba. Estaba junto a su nuevo novio, Potter, apoyada en su hombro, llorando desconsoladamente. Ambos se levantaron y marcharon poco a poco, Harry parecía triste pero manteniéndose fuerte por la pequeña. Hermione se levantó y se fue corriendo, también lloraba.
Volví a sentarme en la mesa y desayuné junto a los de siempre, el tema de Ron era de lo único que se hablaba, la cual cosa era lógica. Todos nos preguntábamos si fue un suicidio, un asesinato o una muerte natural, solo nos dijeron que falleció, pero no de qué manera, sin ningún detalle. Lo entendía porque era respeto para él y para la familia y amigos, siempre pensé que la manera en la que alguien muere solo lo debe saber la familia de esa persona y quizás los amigos, no todo un colegio.
Por la tarde se canceló el partido de Quidditch, puesto que jugaba Gryffindor, decidí darme un paseo por el colegio, no tenía nada mejor que hacer. A cada grupo que me cruzaba, lo único de lo que hablaban era de Ron, desde luego ese iba a ser el tema principal de los alumnos durante un tiempo. Vi de lejos a los gemelos pasar, con los ojos completamente rojos, la cabeza gacha y sin esa preciosa sonrisa que ambos tenían, la gente los veía al igual que yo y de todos modos no paraban de hablar de su hermano mientras los miraban. Me molestó muchísimo ver eso, ¿nadie allí sabía lo que era el respeto? Cuando pasé justo por el lado de los pelirrojos, vi que estaban incómodos.
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VENGANZA
FanfictionNo todos tomamos buenas decisiones a lo largo de nuestra vida, más de una vez cometemos errores de esos que decimos "ojalá volver al pasado y cambiar eso" pero por desgracia para nosotros las máquinas del tiempo no se han inventado y la magia no ha...