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Ya había llegado, hoy era el gran día y solo quedaban dos horas para que el momento más esperado llegase. Yo tan solo llevaba poco más de dos meses esperando tal momento, pro los mortífagos pasaron toda la vida de Harry esperando su muerte, sobre todo porque no veían posible que nadie y aún menos un bebé soportase un "Avada Kedavra", eso provocaba que estuviesen más ansiosos por verlo morir. Me encontraba en la habitación de Tom, dando vueltas de un lado a otro sin parar, mis amigos presentes mirándome igual de nerviosos me rogaban que parase de caminar porque eso los intranquilizaba más, pero no era capaz de quedarme quieta. Pansy y Blaise estaban presentes y de acuerdo con su muerte, me sorprendió bastante, puesto que con lo del secuestro no quisieron ni acercarse, por lo que me explicaron que ellos eran mortífagos y lo de las muertes lo veían normal, es decir, que no les inquietaba, pero lo que era un secuestro o una tortura no les gustaba nada y menos aún tener que presenciarlo. Fuimos a comer, aunque no comí casi nada, los nervios me tenían con el estómago completamente cerrado, después volvimos a la habitación, para entonces solo quedaba una hora. Repasé el plan en voz alta una y otra vez, ninguno estábamos nerviosos por terminar con su vida, nuestra preocupación se debía al temor de que cualquier pequeño detalle saliese mal y yo necesitaba que todo saliese a la perfección. Si el "Avada Kedavra" fallaba igual que le pasó a Voldemort, entonces lo mataría de una de las maneras en las que muggles lo hacían, sin magia, ellos lo hacían con un cuchillo y yo lo haría con algo parecido, con una daga, lo del cuchillo me parecía un poco cutre.

—T/n, no hace falta que te repases el plan otras cincuenta veces, te lo sabes de memoria —soltó Draco.

—Si, y nosotros también —añadió Mattheo.

Todos se pusieron a repetir juntos el plan para que me quedase completamente claro que ya se lo sabían, por si decírmelo no servía de nada. Asentí y me senté en la cama para poder descansar unos minutos, lo necesitaba. Mis amigos hablaban entre ellos, mi mente estaba en mi mundo, cada minuto parecía más largo que el anterior, pero parecía que eso al resto no le importase o no lo viviesen así, de todos modos estaba deseando que diesen las cuatro. Ms ojos estaban clavados en el reloj colado en la pared frente a mi, exactamente en la aguja de los segundos, que era la que se movía todo el rato y más despacio que nunca. Finalmente, decidí dar un paseo sola para poder despejar mi mente y tal vez también para que los minutos pasasen más rápido. Rato después llegué a la entrada del castillo y vi a demasiados alumnos concentrados, al parecer todos acababan de llegar y las clases empezarían mañana mismo, eso no se nos avisó en todo el día. De todas formas, era una buena noticia para mí, eso quería decir que tendría más audiencia esa noche, volví por donde fui para avisar a mis amigos de que tendrían más personas a las que llevar fuera cuando fuese la hora, entonces los vi, los gemelos Weasley. Algo en lo que no había pensado porque era poco probable, pero que era lo que más temía, era que uno de ellos me viese matar a Potter, sabía que aunque no me viesen se acabarían enterando de todos modos, pero no era igual verlo que saberlo. No debía importarme, yo eso lo sabía bien, pero no podía evitar tenerles un cariño increíble e imaginar sus acaras al verme matar era horrible, no quería ni imaginar como sería vivirlo. Ambos se acercaron a mi y me abrazaron, les pregunté que les traía por allí pese a saber que todos los alumnos estaban volviendo.

—Bueno, mañana empiezan de nuevo las clases porque no han sido capaces de encontrar a los culpables.

—Aun así, dicen que trabajaran en ello —terminó la explicación Fred—. Además, Harry desapareció hace dos o tres días, lo buscamos por todo el mundo mágico.

—Hasta en la casa muggle de sus tíos.

—Y nos dimos cuenta de que el único sitio que nos quedaba por mirar era aquí.

—¿Lo has visto estos días?

—¿Yo? No, yo no lo he visto en ningún momento. Chicos, perdón, pero me tengo que ir.

Salí de allí como si me fuese la vida en ello, dejando a ambos confundidos, puesto que no me molesté ni en despedirme, acababa de mentirles y no me sentía nada orgullosa de ello, pero, ¿Qué iba a decirles? "Claro, lo tengo en mi habitación secuestrado, porque en menos de una hora voy a quitarle la vida" Eso hubiese sido ridículo e innecesario, era mejor mentir y que se encontrasen con ello en un rato. Llegué al cuarto donde todos mis amigos seguían reunidos y les expliqué todo lo que supe en ese paseo, incluido que los Weasley buscaban a Potter.

—Eso no es un problema, lo sabrán en un rato —sonrió Draco.

—¡Exacto! La cosa es que yo no quiero que me vean asesinar a nadie.

—¿Qué más da? Si no te ven, lo descubrirán igualmente, saldrás en todos los periódicos que existan en el mundo mágico.

—No es lo mismo verlo que solo enterarte —me apoyó Blaise—. No te preocupes, me encargaré de encerrarlos en algún lugar y al terminar ya los liberaré.

—Gracias.

—Eso es ridículo —intervino Mattheo—. No importa que lo vean o no, si en cuanto los líberes se lo contarán.

—Yo vivo con el dolor de saber que mi padre fue asesinado, pero agradezco no haber tenido que verlo en directo, ver como agonizaba hasta que su corazón dio su último latido, porque esas imágenes son tan horribles que nunca se van de tu mente.

—Ella tiene razón, nosotros no queríamos a nuestro padre y nos hubiese dado igual, pero cuando una persona te importa lo último que necesitas ver es como muere —dijo Tom.

—Y a juzgar por lo única que estaba esa familia a Harry, les importa a todos.

—Vale, visto así la cosa cambia.

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