Invierno amable

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Capítulo 2

La cabeza me dolía mucho y mi cuerpo estaba incómodo. A través de mis parpados pasaba una tenue luz, que parecía venir del techo.

Recordé lo que me había sucedido, y desee que todo fuera un mal sueño, pero a diferencia de todas las mañanas, el despertador no fue lo que me despertó.

Lo que me despertó fue la sed agonizante que sentía en mi garganta.

Abrí los ojos lentamente y cuando se aclararon vi que estaba en una habitación muy grande y estaba acostada boca arriba en una cama de tamaño de dos plazas.

La habitación tenía una pequeña ventana con forma circular por donde entraban las primaras luces de la mañana. Estaba llena de sombras y luces, que se intercalaban. En el suelo y en estantes contra la pared había pianos, guitarras, arpas, violines y otras cosas que no sabía cómo se llamaban.

Me puse en tensión cuando me di cuenta que no sabía dónde estaba ni como había llegado allí.

Mis codos se apoyaron en el colchón duro para que mi torso se inclinara hacia delante.

Me entró terror cuando sentí otra presencia, no estaba sola. Había alguien sentado, mirándome desde las sombras, un gran rayo de luz iluminaba solo unas grandes botas negras.

Pero las demás partes del cuerpo, como la cara del individuo seguían ocultas.

Estaba nerviosa y aunque quise que eso no se evidenciara, cuando abrí la boca mi voz salió entrecortada e incómoda.

-¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí?

El individuo en la oscuridad no se movió ni dio signos de haberme escuchado.

Sentí que en mi cuello un dolor punzante y llevé mi mano hacia allí. Tenía una venda apretada, deduje que había estado herida gracias a uno de los sujetos del callejón.

-¿Quién eres tú? ¿Cuál es tu nombre? - pregunté con desconcierto.

Una voz fría salió desde la oscuridad y vi con mis propios ojos que el sujeto sentado se movía en su silla.

-Solo llámame James.- La voz tenía un acento extraño, y era muy atractiva

Cuando llegó a mis oídos, me dio un escalofrío involuntario, al recordar lo que me había pasado.

Lagrimas salieron de mis ojos, no las pude controlar.

Mi voz tembló por el trauma de aquella noche.

-James, ¿Cómo llegué aquí?-

-Yo te he traído.

Fue la escueta respuesta del hombre, pero vi que mientras lo decía se levantaba de la silla donde había estado sentado.

Estaba vestido de negro y con vaqueros azules color oscuro.

Pero esta vez su cara y pelo estaban a la vista. Su capucha estaba bajada.

Tenía pelo color marrón claro, cortado hasta las orejas y la luz le daba destellos rubios al cerquillo dividido en dos que legaba hasta sus ojos.

Sus ojos eran de un color hermoso, entre verde y azul. Me miraban fríamente y con inseguridad.

Se fue acercando lentamente a mí, sus largos y gruesos brazos terminaban en negros guantes de cuero que movía nerviosamente.

-¿Dónde estamos? - pregunté yo mirando para los costados , tartamudeando y cubriéndome con el acolchado, me ponía nerviosa que estuviera tan cerca de mí, a solo unos metros.

Just call me James Donde viven las historias. Descúbrelo ahora