Un Día como Cualquier Otro

1.6K 91 26
                                    

HOlaaaaaa! ¿como están¿

Al fin llega al ultimo capitulo! Espero les guste mucho! Cualquier duda no duden en preguntar! (lo se por que este capitulo va a ocasionar muchas preguntas.)

Quiero agradecer a mis lectores! Me da gusto terminar este fanfic, pero al mismo tiempo me gustaría que no fuera así... Tal vez no me entiendan.

Muchas gracias a todas/os los que leyeron este fanfic hasta hoy y esperaban el próximo capitulo con ansias, si se como se siente, de primera mano. Muchos besotes!

Cap. 37

Todo ha pasado tan rápido. Todo es tan diferente a esos entonces. Hoy era un gran día. Si lo era, ella ya se había vestido para la ocasión, esperaba que le gustara a James. Tenía un vestido color azul, costoso, pero simple. Tenía un cinturón de perlas, que era lo que más le había gustado del dichoso vestido. Obviamente su cintura no era la misma que hacia veinte años atrás.

Había tenido dos niños y había pasado por varias situaciones de muerte, tenía las cicatrices de todo aquello, por varias partes del cuerpo. Justo un Aero-móvil pasa tan cerca de la ventana que me tengo que separar instintivamente de la ventana. Malditos cacharros voladores.

¿Cómo habíamos llegado a esto? A si, su tío, había hecho falta ver a Lola, para querer copiar el modelo y venderlo a un simple precio, ''el auto de la gente'', decía con ironía y sarcasmo. Ahora estar en esos autos, solo me daba ganas de vomitar.

De repente sentí que mi estómago se movía nervioso. Y no era por estar volando en un auto, si no por los nervios. Estaba preocupada por mis hijos y sobrinos, había partido hacia Londres, veinticuatro horas antes y no tenía noticias de ellos. Pero prefería esto, a saberlo todo y estar en la torre con los demás.

Los autos fuera siguen volando como si todo fuera normal, y para ella no lo era, ahora entendía la vida de su esposo y de su amigo Steve, era raro ver como evolucionaba el mundo sin tu poder hacer nada para detenerlo.

Tampoco podía detener a sus hijos de sus propias decisiones, maldita sea el día que decidí estar en los vengadores.

El recuerdo del día en que Coulson apareció con Lola volando hacia la torre y presentó a los Secret Warriors, pero lo que Lucy no podía hacer, al igual que su tío Tony, era sacar los ojos del auto volador rojo.

El recuerdo desapareció cuando sintió las manos hirvientes de su esposo desde la espalda, se deslizaron para poder abrazarla.

-No tienes de que preocuparte, ellos estarán bien, tienen a quien salir.- la voz tiene un tono nervioso y gracioso al mismo tiempo. Es como si esta fuera nuestra primera cita, siempre lo era.

Me di la vuelta y mi espalda toca la ventana, todavía en sus brazos. Lo miro con una sonrisa pícara.

-¿Te refieres a que salen a mí?- me devuelve la sonrisa, solo que mas grande. Su pelo ya no es lo que era, ya no parece de treinta, y tampoco los tiene, la verdad es que dejamos de contar cuando llegó a los cien años. Su pelo espeso y brillante, ya no era todo marrón, si no que tenía destellos grises y blancos en algunas partes, y le quedaba muy sexy. Mi esposo era hermoso.

Llevé una de mis manos a sus ondas naturales y suaves y lo besé suavemente.

-¿Estas pronta para ir a la torre?- pregunta el, con poco aliento y los ojos azules cerrados.

-Mírame- dije en sentido literal y figurado- , estoy más que pronta a mis cuarenta y cinco. Muchos soñarían con verse así, luego de tener dos hijos súper soldados y súper ansiosos. – dije. Los dos niños habían nacido cuatro meses antes de que cumpliera los nueve meses normales en un embarazo humano, pero bueno, no eran cualquier humano.

Just call me James Donde viven las historias. Descúbrelo ahora