Cuando me vio salir del edificio y cerrar la puerta su sonrisa que hizo más grande a medida que pasaba el tiempo.
Me di cuenta que no podía quedarme por horas allí de pie, mientras miraba las dos cosas más hermosas que había visto en mi vida: Una bicicleta nueva y la sonrisa de James.
La luz de un farol de la calle iluminaba su pelo suelto y le daba un brillo dorado. Había viento y mechones de pelo revoloteaban por su cara.
Sus ojos eran tan celestes como el cielo un medio día totalmente despejado y sus dientes eran tan blancos como la nieve.
El negó con la cabeza, y su risa inundo el lugar. Tenía una linda risa, llena de libertad y felicidad genuina.
-¿Te vas a quedar allí parada todo el día?
Reaccioné y comencé a correr hacia él. Su cara se fue poniendo seria y levantó una ceja cuando nuestros cuerpos se juntaron en mi abrazo.
El al principio pareció muy incómodo. Pero pude sentir que una sonrisa volvía a sus facciones.
Sentí sus brazos en la espalda. Me tomó en brazos y dio una vuelta.
Nos reímos un poco los dos.
Yo me separé de él, pues me había puesto colorada y nerviosa, cuando lo vi a la cara otra vez, tenía una sonrisa de la más arrolladora.
Me acerqué a la bicicleta que seguía apoyada contra la pared del edificio.
-¿Esto es para mí?- le pregunté mientras me volteaba hacia él , señalando el objeto con la mano.
-Claro, es mi regalo de cumpleaños, Lucy
No lo podía creer.
¿Hacia cuánto que me conocía? ¿Dos semanas? Y ya me conocía mejor que mis amigos.
Mis dos manos fueron hacia mi boca porque todavía era mucho para mí.
Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-¿Pero, por qué?
El pareció confuso y pensó un segundo. Miró a la bicicleta.
-Sabes, vi cuando te robaban la anterior y la destrozaban. Llevo días pensando en darte una.
-¿Enserio? — El asintió con una sonrisa de costado.- Muchas gracias.
-Bueno, no es nada.
Los dos nos miramos a los ojos, y hubo un silencio mientras nos estudiábamos el uno al otro.
-¿Quieres subir? Están algunos amigos, y eres bienvenido si quieres, obvio.
-No, gracias. Me tengo que ir.- cuando lo dijo sentí pena, porque no iba a venir a mi cumpleaños. Pero bueno, no quería hacerlo sentir incómodo.
Me miró de pies a cabeza.
-Estas muy hermosa.- lo que dijo me hizo sonrojar bastante y bajé la vista al piso.
El pareció notarlo y desvió la vista para un costado, tímido.
-Gracias.
-Dime, ¿Cuántos años cumples?
El cambio de tema, lo supe agradecer y contesté rápidamente.
-Cumplo veintiuno. — mis manos agarraban el vestido fuertemente.
El lució sorprendido por lo que le dije.
-¿21? Eres joven.
Solté una carcajada poco femenina.
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Just call me James
RomanceLucy es una tranquila camarera y universitaria de la ciudad de Toronto, su vida es normal y no cree en los superheroes. Todo eso cambia cuando cierto soldado empieza a ayudar a gente en problemas en la ciudad. El y Lucy se encuentran cuando ella mas...