Alatus Yaksha es un alfa, rey de Liyue. No era conocido precisamente por ser un rey amable y comprensivo, sino por su fuerte carácter y por ser uno de los peores reyes.
Tiempo después llega inesperadamente un omega al castillo, cosa que cambia al re...
Chongyun corrió hacía arriba, jalando a Sora con él. El menor quería quedarse al lado de Xiao, no quería estar solo, quería la presencia de su alfa.
Ambos omegas llegaron a la habitación donde se suponía Kazuha estaba. Cuando entraron, vieron al omega llorando, abrazando a su cachorro, el cual estaba envuelto en una sabana de ceda color morada. Chongyun y Sora se acercaron al albino y lo abrazaron; Sora sabía bien cómo se sentía Kazuha, estando lejos de sus alfas en tiempo de terror.
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Las tropas de Snezhnaya se acercaban cada vez más al pueblo de Liyue y aquello alertaba a los sirvientes que vivían en aquel castillo y que podían ver todo.
— Bennett, Kaeya — llamó el rey Yaksha — necesito que vayan al pueblo y que les avisen a todos de lo que está pasando — ordena y ambos guardias asienten.
Los guardias parten en unos caballos camino al pueblo, iban a avisarle a todos los pueblerinos que se cuidaran y no salieran de casa.
Xiao volteó a ver al gran castillo tras él, aquel que le pertenecía y en el que vivía. Suspiro pesadamente, sabía que venían por Sora, su omega; pero no iba a dejar que le quitaran a su pareja, a su otra mitad, ni a su cachorro.
— Scaramouche, necesito ir allá abajo — le dice al mayor.
— ¿Estas tonto? Si vas solo, te matarán — el azabache dijo.
— No iré solo, llevaré a unos guardias conmigo — el menor muerde su labio inferior.
— ¿Unos guardias? — Xingqiu pregunta — Yaksha, es toda una armada, necesitarías llevar a todos tus guardias — dijo el de cabellera azul oscuro.
— No dejare que me quiten a mi omega, ellos vienen por Sora ¿¡Qué no se dan cuenta!? — el menor empezó a gritar, desesperado.
— No se lo llevarán, porque no dejaremos que entren siquiera al pueblo — gruñó Scaramouche — porque no dejaré que ninguno de ellos se acerquen al castillo donde están mi omega y mi hijo —
— Necesito decirle a Beidou que guíe a las tropas de Liyue y Sumeru — Xiao habló.
— Mira, ya están llegando abajo — Xingqiu apuntó hacia allá abajo y los tres reyes vieron como una armada completa se acercaba, cargando dos banderas, la de Liyue y la de Sumeru.
— Yo necesito saber como está mi pueblo — el azabache dijo.
— ¿Tu hermana no te ha dicho nada ? — preguntó Xingqiu.
— Me mandó una carta diciendo que todos estaban bien, y que mandaría tropas de Inazuma hasta aquí — Scaramouche dijo.
— ¿Hace cuanto fue eso? — pregunta Xiao.
— Hace una semana, y por eso estoy nervioso, no veo a mis tropas aquí — reclama el mayor.
Scaramouche iba a decir algo más, pero ve que tras las tropas de Snezhnaya se acercan otras tropas. Cuando el azabache enfoca bien su vista, logra ver que llevan cargando la bandera de Inazuma. El mayor sonríe satisfecho al ver a las tropas de Snezhnaya rodeadas.
— ¡No tienen escapatoria! — festeja Xingqiu — Son tres contra uno — sonríe.
De un momento a otro, las tropas de los cuatro pueblos que estaban abajo, dejan de moverse, ninguno hacia movimiento alguno. Los reyes piensan qué tal vez los capitanes de la guardia de cada pueblo estén discutiendo, pero todo alivio se esfuma al ver como las tropas de Snezhnaya empiezan a avanzar rápidamente hacia las de Sumeru y Liyue.
Las tropas de Inazuma se quedan atrás, tratando de no atacar, hasta que los otros pueblos lo necesiten. Veían como guardias de Sumeru y Liyue van disminuyendo, indicando que Snezhnaya empezaba a ganar, en ese momento, Inazuma ataca, haciendo que Snezhnaya pierda fuerza y vayan disminuyendo los guardias de tal pueblo.
Al final, quedan unos pocos de Sumeru y Liyue, una mayoría de Inazuma, y los pocos que quedaban de Snezhnaya se iban. Ellos podían pensar que ya habían ganado, pero no era así, sabían que volverían en cualquier momento.
Y toda aquella pelea duró aproximadamente casi 8 horas, horas en las ya había oscurecido, y en las que los tres Reyes se quedaron allí para vigilar cómo iba todo. Los tres reyes, agotados, se dirigieron dentro del castillo, donde los esperaba Chongyun preocupado, pero el peliceleste tenía al cachorro de Kazuha en brazos. El Omega al notar la presencia de los tres reyes ya cansados, suspira aliviado.
— Sora y Kazuha quedaron dormidos — dice Chongyun y los alfas de los omegas mencionados asienten — Traje a Razor conmigo para que Kazuha pudiese descansar bien — le dice a Scaramouche, quien asiente comprensivo.
— ¿Y los sirvientes? — pregunta Xiao.
— En sus habitaciones, no se les dejó salir de allí durante el ataque — Chongyun habló, entregándole el cachorro a Scaramouche y las acciones del peliceleste fueron seguidas por la mirada de Xingqiu.
— ¿Podrías prepararme un té? — pregunta amablemente el menor.
— Esta bien... — suspira el peliceleste, sabiendo que los reyes estarían cansados — ¿Ustedes quieren algo? — le pregunta Chongyun a los otros dos reyes.
— Yo también quisiera un té — pide Xingqiu.
— Yo no quiero nada, voy a ir arriba con Kazuha — dice Scaramouche y se pierde de vista.
— Chongyun... ¿Podrías llevarme el té a la habitación? Quiero ver a Sora — Xiao muerde su labio inferior.
— Si... pero... Sora se quedó a dormir con Kazuha — explica el peliceleste.
Xiao asiente y se va corriendo hacia la habitación que compartían Kazuha y Scaramouche. Xingqiu lo único que hizo fue seguir a Chongyun a la cocina de aquel castillo.
Xiao llegó a la habitación de Kazuha y Scaramouche, donde vio a ambos omegas dormir en la cama que estaba en medio. Xiao se acercó y cargó a Sora, para llevarlo hasta la habitación que compartían ambos. El Omega, al sentir el aroma de su alfa, despertó y sonrió al verlo.
— Supongo que vencimos a Snezhnaya — dijo el pelirosado.
— No diría que vencimos, pero creo que por ahora no van a molestar — Xiao dice.
Ambos llegaron a la habitación y el alfa deposita al omega en la cama, pero en cuanto Xiao se iba a dormir, la puerta es tocada, y un sirviente entra. Este tenía una carta en las manos, por lo que se la entregó al rey.
— Es... una carta del rey de Snezhnaya — habla con miedo el sirviente.
El rey toma la carta y el sirviente se retira, no sin antes hacer la reverencia. Xiao abre la carta y empieza a leerla.
— ¿Qué dice? — pregunta Sora.
— E-Él... él dice que lo de hoy fue solo el inicio... —
