Se proclaman nuevas leyes, para aceptar a los híbridos en la sociedad, después de todo, estamos en el mismo mundo. Pero aún permanecen áreas prohibidas donde se permite la caza y esclavización de los híbridos, y se niegan rotundamente a quitarlas, ¿...
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La molesta luz del sol despertó a JongWoo, estaba quemando su cara y por poco sus ojos cuando los abrió, notó la calor que tenía y el molesto cuerpo de su hermano adherido al suyo, babeando su pecho, lo sacó de la cama de una sola patada.
Ante la caída el dobermam se despertó y fue a socorrer a su novio, pero SeokYoon seguía roncando, JongWoo saludó sin ganas a GiHyeok y se metió al baño.
Se fue a su casa después del desayuno. En la comodidad de la soledad, suspiró repitiendo su humilde rutina; Netflix, comida, helado, canto, baile, Netflix de nuevo, un poco de porno también.
La vida de un adulto treintañero en sus vacaciones.
JongWoo trabajaba como veterinario y ahora le había ganado la flojera.
Pronto ya estaba viendo las noticias, sonrió con nostalgia, miraba las imágenes que mostraban a los niños híbridos siendo adoptados en los orfanatos, la sonrisa de esos pequeños le recordaba cuando era pequeño y esperaba llegar a sus futuros padres. Suspiró recordando la decepción que le causó su padre, trataba de entender sus razones, pero no podía.
Se preguntaba qué habría pasado con el niño híbrido de la historia de su papá. Si pensamos en el tema que estaba en un área prohibida para híbridos, posiblemente ya estaría muerto. La vida en este mundo era realmente injusta.
No se dio cuenta cuando se quedó dormido con la televisión encendida, tuvo una pesadilla, donde él era el niño híbrido de la historia de su padre, con sangre en sus manos mientras su madre le gritaba que era un monstruo y al huir del lugar, lo alcanzaba la dolorosa y ardiente bala del arma de su padre.
Despertó casi cayéndose del sofá, su helado se había derretido y eran ya las 6 de la mañana, se acomodó en el sofá, sintiendo el dolor en su cuello por haber dormido en una posición incómoda.
La televisión reproducía un concierto de SHINee, un grupo kpop. Se levantó y se estiró, para luego masajear su cuello. Subió un poco el volumen de la televisión mientras tarareaba la canción e iba a la cocina por un vaso de jugo.
Hizo un sonido con sus dientes luego de sentir el ácido sabor de la naranja en su paladar. Luego se quedó mirando un punto fijo de la cocina, pensando o más bien procesando, como si aún no hubiera despertado totalmente.
Bostezó y volvió a acariciar su cuello, se le antojó comer Kimchi, pero no tenía los ingredientes, suspiró frustrado para ir a vestirse y salir, realmente quería Kimchi.
Al salir sintió la fría brisa de la mañana chocar contra él, mesiendo la tela de su chaqueta, entrecerró sus ojos y luego miró el cielo, dudaba que las tiendas estuvieran abiertas, trataría de ir a esos mercados de 24hrs. Las calles estaban vacías y apenas habían autos en la carretera.
Suspiró, deteniéndose antes de cruzar una calle, el semáforo estaba en rojo. Su estómago gruñó, pensó en volver y comer un maruchan, pero su yugular explotaría si no saciaba su ansiedad por el Kimchi.
