Se proclaman nuevas leyes, para aceptar a los híbridos en la sociedad, después de todo, estamos en el mismo mundo. Pero aún permanecen áreas prohibidas donde se permite la caza y esclavización de los híbridos, y se niegan rotundamente a quitarlas, ¿...
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Se sentía tan bien, era tan agradable, tan calentito, y tan lindo.
- Tranquilo, ya casi llegamos.
¡Y su voz era tan suave! El peludo se encogió en su lugar, cerrando sus ojitos. Su corazón latía emocionado, ¿tendría un nuevo hogar? ¿Uno permanente? Que feliz.
Maulló como queja al sentir los dedos del chico sobre sus heridas, lo miró con sus enormes ojos.
- Lo siento, chiquito. Yo voy a curar tus heridas, ¿bueno?
¿Curarlo? ¿Iba a cuidarlo y sanar sus heridas? ¡Oh, por Dios! ¡Se preocupaba por él! ¡Lo quería!
¿Lo quería? Era mejor no apresurar las cosas, el gato suspiró, tratando de calmar sus acelerados latidos.
Al llegar a casa, soltó al gato en el sofá, donde se acomodó con él.
- Quédate quieto.... veré tus heridas.
El minino fue obediente y se congeló en su lugar, manteniendo sus ojos bien abiertos, se movía o soltaba un maullido si le incomodaba u dolía.
JongWoo se disculpaba.
- ¿Tienes hambre? - Preguntó.
El gato lo miró con sus enorme ojos.
- Claro que tienes hambre - Acarició su cabeza -. Debió ser difícil para ti, ¿no?
Los ojos del gato brillaron. ¡Realmente se preocupaba por..... por el gato. Agachó su mirada, si se entera que es un híbrido, lo golpeará, echará o lo asesinará.
Como todos hacen y tratan de hacer con él.
Fue llevado a la cocina y frente a él dejó una lata de sardinas, la degustó de inmediato.
- Despacio, pequeño, te dolerá el estómago. - Acarició su lomo y el gato se removió ante eso.
Se sentía bien y cómodo, y eso le asustaba. No quería perder eso.
El teléfono de JongWoo comenzó a sonar y el gato elevó un poco su cabeza mientras comía para mirarlo.
- ¿SeokYoon? - El gato oía atento - ¿Estás bien? No te oyes bien.
SeokYoon lloraba, estaba enojado con su padre y eso lo lastimaba.
- Oye, está bien. Papá dijo que estaba preocupado por ti, al menos contestale y pídele algo de tiempo. Podemos arreglar las cosas e ir a su casa si tú quieres, te acompaño.
Eso quería, hablar cara a cara, aclarar las cosas y confesar todo.
- Lastima que a papá no le gusten los gatos. - Puso el teléfono en alta voz y lo dejó a un lado para darle mimos al gatito.
- ¿Cómo? ¿Tienes un gato? - El gato miró el teléfono.
Aún no entendía cómo funcionaba esa cosa, pero sabia que te permitía hablar con todo tipo de personas, él quería uno también.