El resurgir de un recuerdo olvidado

469 30 10
                                    


12



- No sé si seré capaz de mantenerme alejado de ti – suspiró frustrado mientras lamía mis pechos por encima del body.


Yo no tenía la fuerza para responderle, apenas estaba logrando calmar mis jadeos, por lo que simplemente guardé silencio y mantuve mi rostro apoyado en su hombro.


- ¿Estas bien? – preguntó tierno mientras alzaba entre sus manos mi débil rostro y alejaba de este los mechones que lo cubrían.


- ... - no tuve fuerzas para responderle, solo asentí débilmente, manteniendo mis ojos cerrados.


- Lo lamento... – susurró arrepentido mientras me cubría el cuello y la mandíbula con tiernos besos que me generaron cosquillas y un cálido sentimiento de complacencia - ... es solo que cuando te vi, tan tranquila, recibiendo la brisa matutina mientras tu hermoso cuerpo era lentamente exhibido por el viento, no fui capaz de pensar con claridad – sonreí divertida pero aun débil - ... Quisiera que nadie te pudiera ver... "así," sé que suena loco, pero es que NO QUIERO QUE OTROS CONOZCAN TU CUERPO, NI QUE SE DELEITEN CON TU EXCESIVA BELLEZA –


Sonreí complacida por su declaración y enternecida al sentir como avergonzado escondía su rostro en mi cuello, como si este fuese un escudo que lo protegería de todo mal.


Quise decirle algo, mas no se me ocurrió que podía decirle ante su declaración, así que simplemente lo abracé con ternura, mientras acariciaba su cabello con mis manos.



... ... ... ... ...



No sé cuánto tiempo pasó, pero temiendo que fuera muy tarde me esforcé por reunir las fuerzas que había acumulado y comenzar a hablar - él no parecía preocupado por la hora, daba la impresión de que nada le importaba en este momento, pues todo su ser estaba enfocado en besarme tiernamente mientras sus manos recorrían con curiosidad, deleite y cuidado la parte de mi cuerpo cubierta por el body.


- En mi bolso – sentí como giraba su rostro confuso - ¡SÍ! El que tiraste sin cuidado al piso a pesar de ser blanco... – lo oí reír sobre mi mandíbula tras mi sarcástico reproche. – ...Encontrarás un paquetico con tapa dorada, son unas toallitas de bebé, porfa pásamelas... – sentí su mirada confusa y alzando una ceja le respondí – ... es que necesito limpiarme, porque cuando salgas, algún día, de mi interior... – negó divertido con la cabeza, en un gesto silencioso - ... tu semen escurrirá por mi pierna y una parte se quedará en mi ser. Como me imagino ya supondrás, no tengo la intención de pasar todo el día con restos de tu semen secos en mi cuerpo, así que usando las toallitas limpiaré mis muslos y mi vagina, para que al volver a colocar el body en su sitio este no se ensucie y yo pueda andar fresca y limpia. -


- Y si se pueden usar "ahí" – preguntó con timidez y eso lo hizo verse lindo.


No pude evitar sonreír por su actitud, él me miró confuso, sin embargo, no me preguntó el motivo de mi sonrisa y simplemente se limitó a obedecer mansamente mi petición.

ArrebatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora