2. Jugo

541 50 39
                                    

Juan Pablo Villamil

- ¿Creen que saldrá bien lo del concierto con Yatra? – preguntó Martín preocupado con motivos.

- ¿Hablas por qué no está promocionado? – confirmó Isaza y asintió – hay que arriesgarnos supongo.

- Iré a comprarme un café ¿Quieren? – todos negaron.

Camine buscando alguna cafetería o algún lugar donde pueda comprar café. No iba prestando mucha atención a la gente que había a mi alrededor. Mi cabeza recreaba una y otra vez, la misma escena.

Cinco meses atrás

- Dany, mi amor no lo hagas por favor – le rogué.

Estaba sentada sobre la cornisa. Ni siquiera me miraba.

- Daniela. Ven, vamos a casa – dije extendiendo mi mano.

- No, tú no quieres llevarme a casa. Quieres encerrarme – dijo errática, lo peor es que no se equivocaba – las voces me dicen que así acabará mi sufrimiento Juan. Debo hacerlo – afirmó mirando a la nada.

- No les hagas caso – supliqué – se que es difícil pero no las escuches.

- Ellas son buenas. Nunca me harían daño. No como tú.

No necesitó muchos segundos para pararse sobre la cornisa para luego dejarse caer. Falleció al instante, los médicos no pudieron hacer nada para salvarla.

Presente

El recuerdo de Daniela ya no dolía tanto. Habíamos aguantando 2 años luchando contra sus demonios, sabíamos que era una batalla perdida pero aún así rogabamos por una solución.

Se que ella ahora esta mejor y en paz. Eso es lo que me ayudo a superarlo relativamente rápido. Saber lo mucho que ella sufría a diario y que con esa drástica decisión ya no sufría más, me daba algún tipo de tranquilidad.

- ¿Pero qué? – dijo una pelirroja cuando la choque por accidente provocando que se tire encima el jugo que llevaba en la mano.

- Yo... lo siento, no me fije. Iba distraído.

- Me doy cuenta – dijo mirándome a los ojos. Algo en ellos me sonaba conocido pero mi memoria no es la mejor.

- Déjeme pagarselo o le invito un café.

- No, así esta bien. Solo fíjate la próxima – dijo dulcemente.

Se fue caminando moviendo su camiseta para secarla un poco.

Ginger Amor

- ¿Qué te pasó?

- Nada pa. Alguien me tiro el jugo encima sin querer – dije sacando unos pañuelos descartables de la mochila de Sara.

Ese alguien es Juan Pablo Villamil pero no importa.

- ¿Ya se durmió? – pregunte viendo a Sara siendo cargada por mi papá David.

- Si, se ve que despertarse a las siete le cansó.

A ver, solamente la despierto a las siete o más temprano si es necesario pero si no lo era, trataba de despertarla a las ocho o más tardar nueve.

- Vamos a mi departamento, así comemos algo. Tengo para hacer una lasaña.

Ellos se iban a quedar una semana. Aunque hubiera querido que fuera en la semana de mi cumpleaños porque iba a estar trabajando pero bueno.

Nuestra suerte ~ Juan Pablo Villamil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora