20. Canela

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- ¿Hice algo ilegal? Díganme que no.

- Ginny, tranquila.

- No puedo estar tranquila. Yo le menti y no le dije que Sara es su nieta. ¿Y si me denuncia? ¿Eso se puede? – la escuché quejarse.

- ¿Mami?

- Ahora no Sara. Mamá está hablando con tus tíos. ¿Te parece si te corto algo de fruta?

- Chi.

- Entonces vamos a la cocina. Intentaré no cortarme.

Agarré una banana y ella se negó mientras me señalaba una naranja. Dios, si me estas escuchando explicame como cortar una naranja para que una niña coma y no para tragos.

- Puta madre – murmure cuando me di cuenta que me había cortado.

- Puta made – repitió y la mire asustado.

- No, no, no. Sara, no se dicen esas cosas – dije nervioso intentando que no la vuelva a repetir – voy a seguir cortando la naranja. No quiero que repitas esa palabra ¿de acuerdo? – dije lentamente y asintió.

Un par de minutos después ya tenía las naranjas cortadas. Sente a Sara y le di el plato con la fruta.

- Gachas.

- De nada.

- ¿Tú hiciste eso? – escuche su voz y levante la vista para encontrármela entrando a la cocina.

- Si, lo siento. Quise darte espacio y me tomé el atrevimiento de cortarle una naranja a Sara – explique nervioso – ¿esta bien?

- Ay. Esta perfecto. Eres un amor – dijo poniéndo sus brazos alrededor de mi cuello para besarme rápidamente.

- Wow. La señorita Amor me dice que soy un amor. No se si habla de que ya soy parte de la familia o no – bromee.

- Mi familia ya te ama solo porque te gusta el fútbol – dijo antes de darme otro beso.

- Ota.

- Hay que darle al público lo que pide ¿no? – propuse riendo y asintió.

- Ahora si, ya no más besos.

- Buuu.

- Si, buuu – imite a Sara – así – la hice cruzar los brazos – y ahora buuu.

- Buuu.

- No puedo con ustedes dos. Sara, termina la fruta así te baño y luego preparo la cena – ella siguió comiendo su fruta – la próxima que le enseñes a Sara malas palabras te corto los huevos – me susurró y trague grueso.

- Pero...

- Apenas te escuche revolviendo cosas en la cocina me acerque.

- ¿O sea que viste todo?

- Si. Solo no te mando a la mierda porque intentaste remediarlo.

- En serio lo siento. No fue mi intención. No pensé que fuera a repetirla – dije apenado.

- Es más inteligente de lo que parece.

- Ya veo. Trataré de no decir tantas malas palabras frente a ella.

- Eso espero.

- Mami. Semilla.

- Ponlas en el plato mi vida. ¿Le dijiste gracias a Villa por cortarte la naranja? – asintió – ¿Segura? No me estarás mintiendo ¿no?

- Dije gachas.

- Eso espero.

Minutos más tarde Jenny fue a bañar a Sara y yo me quedé en la sala esperándo. Escuche como en el baño sonaba una canción de Disney.

- ¿Cómo va su vida de padrastro? – preguntaba Isaza apenas conteste su llamada.

- Muy gracioso pero estoy muy bien.

- ¿Qué hacen en su jueguito de la familia feliz?

- Jenny esta bañando a Sara y yo espero ¿Por qué?

- ¿Tiene tiempo entonces?

- Si.

- Tengo una idea con algo y creí que podría ayudarme.

Ginger Amor

Estaba terminando de secar el cabello de Sara. Escuche a Villa hablar con alguien por teléfono y me pareció que tocaba la guitarra.

- Mami.

- ¿Si princesa?

- ¿Qué vamo comer?

- Unos macarrones con queso.

- Quedo.

- Mira que preciosa que estas – dije antes de darle un beso.

Salimos de su cuarto encontrándonos con Villa sentado en el sofá con la guitarra en brazos.

- ¿Qué haches? ‐ le pregunto Sara.

- Hola Sara – saludo Isaza.

- Hola.

- Estamos escribiendo una canción. Perro, siga sin mi. Di adiós Sara.

- Adió.

- Adiós Sara – dijo antes de colgar.

- Princesa ¿Quieres dibujar algo mientras cocino?

Asintió emocionada así que le di un par de hojas blancas y sus colores.

- ¿Sabes lo que estuve pensando? – negué riendo mientras íbamos a la cocina – que no quiero decirte ni Jenny ni por tu nombre o de ninguna otra forma.

- ¿Qué estas pensando?

- Ya te dije que eres como la canela de un capuchino así que Canela.

- Me encanta... creo – dije riendo.

- ¿Sigues sin abrir el sobre? – preguntó mostrando el sobre de la prueba de genética.

- Siempre dije que no tenia miedo a descubrir mi origen y ahora no puedo hacerlo – dije quitándole el sobre.

- Tienes que ver los resultados cuando te sientas lista.

- Si lo hago ahora ¿te quedarías conmigo?

- Por supuesto.

Creo que nunca hubiera esperado lo que decia el sobre.

Nota de la autora

Capítulo corto porque ando un poco (bastante) bloqueada.

Nuestra suerte ~ Juan Pablo Villamil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora