Juan Pablo Villamil
Entramos a la cafetería que nos recomendaron e irónicamente una canción nuestra sonaba.
Desde la primera vez que vinimos a Buenos Aires, nos decían que teníamos que venir a esta cafetería. No sabíamos porque.
- ¿Por qué tan emocionada Doble A? – le preguntó un señor desde una mesa a la chica que estaba barriendo el lugar tarareando "Maldita Costumbre".
- Mañana veo a Morat en el Luna Park. Hoy llega mi novio, la vida es increíble – afirmó y los cuatro nos miramos.
- ¿Y esos quienes son?
- Una banda colombiana. ¿Te llevo la cuenta? – el señor le asintió – yendo no, llegando – bromeó.
Nos acercamos a una mesa y nos sentamos.
- Ya voy con ustedes – nos dijo y asentimos.
- ¿Se abra dado cuenta?
- No lo creo Bachi.
- Buenos días... mierda – dijo viéndonos – lo siento, yo solo...
- No hay problema – habló el niño esperando que diga su nombre.
- Kala... me llamo Kala.
- Nunca escuche a alguien llamada Kala.
- Es... es árabe... significa fuerza y fortaleza – dijo tartamudeando – pero es con "k" si fuera con "c" seria el nombre de la flor – aclaró.
- Mañana iras a vernos ¿no?
- Si – asintió mientras se le subían los colores a la cara – concéntrate estúpida – murmuró – bueno, aquí les dejo la carta. Me llaman cuando estén.
Se fue rápidamente y se colocó detrás de la barra a hacer quien sabe que.
- ¿Cuántas posibilidades hay de que vengamos a la cafetería que nos recomendaron y haya una fan nuestra, que irá mañana a vernos, escuchándonos?
- Creo que son pocas.
Entraron al lugar un niño con un hombre, que supusimos que era su padre, y mientras él se iba a la cocina, el niño se sentó en una mesa a nuestro lado.
Esta chica, Kala, se acercó a él y comenzó a decirle algo en otro idioma que no reconociamos.
- Bien, te doy una porción de torta – dijo al fin en español.
- ¿Papá dijo que si? – asintió – ¿Puedo de tu tiramisu?
- Claro. Pero solo una porción. Atiendo a las mesas y te lo traigo – el niño asintió y ella se giro a atendernos.
Le dijimos a Kala que nos traiga un café a cada uno y que ella decida una porción de pastel. Primero trajo el café y luego el pastel. Decidió traernos dos porciones de Lemonpie y dos de tarta de manzana.
- Iba a traerles otra cosa, algo más característico de acá, pero el café que pidieron opacaria el sabor del chocolate – se disculpo nerviosa.
Antes de irnos, le preguntamos si no quería una foto ya que no nos lo había pedido.
- Yo no quería molestarlos.
- No molesta. Venga aquí.
Cuando llegamos al hotel, llame a mi novia luego de su mensaje donde me decía que no podría hacerlo.
- Tienes que estar tranquila.
- ¿Me pides que estés tranquila? Imagina que en un momento irracional decides conocer cara a cara a tu madre biológica que no te quiere y ahora que lo piensas bien ya estás en casa de los papás de tu mejor amigo dejando a tu hija ahí a punto de ir a verla – expresó.
ESTÁS LEYENDO
Nuestra suerte ~ Juan Pablo Villamil
FanfictionElla creía que siempre serían ellas dos y nadie más. Él quería demostrarle lo contrario.