23. Promesas de papel

321 25 23
                                    

- Mamá mira – dijo señalando la ventanilla del avión.

- ¿Qué hay? – le pregunté mientras dirigía mi vista a la ventanilla - Esas son las maletas de todos nosotros. Ahora las suben al avión.

- No hay luga.

- No van acá con nosotros mi vida. Van en una habitación especial.

En el momento en que estamos por despegar y comienza toda la charla de seguridad me doy cuenta de la mala suerte que tengo. Si la vida me quiere jugar una broma, alguien que le diga que no es graciosa. No pasa ni dos meses del encuentro con mi madre y ahora estoy en un vuelo, cuyo piloto es el padre biológico de Sara.

- Mamá. ¿Vamo a ve a Papo?

- Si, vamos a ir a ver a Papo.

Lo único que me siempre me ponía de buen humor era ver la excelente relación que había entre ambos. No había día en la que él no me pregunte por ella y cada vez que ella me escucha hablando con él, la conversación deja de ser nuestra y se convierte en suya.

- Disculpen, con el resto de la tripulación nos preguntábamos si la niña quiere conocer la cabina – nos preguntó una de las azafatas amablemente.

No, por supuesto que no.

Sara no le hagas esto a tu mamá.

- Chi.

Carajo Sara.

- De acuerdo, vamos ‐ dije levantándome y Sara me imitó.

Los pilotos no tienen la lista de pasajeros ¿no? Ellos solo saben el número. Ojalá y sea así.

Espero con ansias que él esté en el baño o no se, que a Sara le de miedo algo y decida volver dramáticamente a su asiento.

Ahí estaba él como la última vez que lo vi. Su cabello estaba más largo de lo que estaba acostumbrada. Se había hecho un par de piercins en la oreja derecha y no le quedaban mal.

Se que era algo descabellado creer que no iba a verlo más. Habían posibilidades de que nuestros caminos no vuelvan a cruzarse y hubiera dado todo porque eso pasase. Porque supongo que se dará cuenta de quien es ella y comenzará a pedir verla. Si eso pasa ¿que haré cuando él decida volverla a abandonar? O pero ¿Si no la abandona, yo tengo que perdonarlo?

Cuando se saco una foto con Sara, sentí mi estómago revolverse. Además pude ver un anillo en su mano. Se había casado.

Juan Pablo Villamil

- Baby, Villamil me esta molestando.

- Claro que no. Simón no le vas a creer ¿no?

- Villa...

- Ah ¿le crees a Nath? Ya veo. No soy nada para ti.

- ¿Por qué Villa anda de dramático?

- Es que Ginger no le quiso decir a Villa si llegaban para la prueba de sonido porque quiere que sea sorpresa y me esta atacando para que se lo diga – aclaró ella.

- Yo nunca te ataque...

- Me dijiste pelirroja teñida – se quejó y escuche como todos ahogaron una risa – no se como Jenny te soporta.

- Es porque soy encantador.

- Si eso crees. Igual no te voy a decir.

Sabía que ambas habían llegado ayer. Pero no si iban a venir ahora o recién vería a mi novia en el concierto porque habían salido con un amigo de ella.

- Oiga estrella de rock, se que esta muy ocupado siendo todo un rockstar pero estaría lindo que nos venga a buscar afuera – decía la nota de voz que me envió justo antes de que empecemos la prueba de sonido.

Nuestra suerte ~ Juan Pablo Villamil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora