5. Catolicismo

443 35 45
                                    

Ginger Amor

La canción más épica del libro de la selva, Lo Más Vital, sonaba mientras yo preparaba el almuerzo y Sara dibujaba en un papel.

- No, no. No son para comer Sara – dije quitandole el lápiz de la boca.

Escuche mi teléfono sonar y sabía que había una gran posibilidad que sea Sebastian ofreciéndome que lo acompañe a su concierto junto con Morat.

No es que no quiera ir pero no esta en mis planes llevar a Sara y no quiero abusar de mis padres pidiéndoles que la cuiden.

- No te muevas – le pedí mientras me acercaba a la puerta – ¿que haces aquí?

- Dime en la cara que no quieres verme cantar – dijo exagerando.

- No, no quiero verte – dije riendo e intente cerrar la puerta pero puso su pie antes – uysh, pasa ¿ya almorzaste? – negó – bien, me sobró unas hamburguesas.

- No lo entiendo Ginger Ale, siempre dices que quieres venir a un concierto mio. Te invito a uno y me dices que no.

- Es complicado. No quiero pedirle a mis papás que cuiden de Sara y esta muy chica para llevarla.

- ¿yo? – pregunto Sara antes de meterse un pedazo de hamburguesa a la boca.

- Si, vos mi vida. Sigue comiendo.

- ¿No será porque esta Morat ahí?

- No me interesa.

- No te interesa pero si invitaste a salir a Villamil – lo mire sorprendida.

No se lo había dicho y no planeaba hacerlo. No estaba del todo segura como se comportaría en esta situación. Muchas veces ha tratado de emparejarme con alguno de sus "amigos famosos" y siempre me negué en salir con un músico o cantante y mucho menos que sea conocido.

Lo mire pidiendo una explicación. Una de las canciones de Frozen sonaba, volviendo la situación un tanto bizarra.

- Me lo dijeron tus papás.

- Malditos chismosos. Igual no es por él. No me da miedo ni nada por el estilo verlo. Me parece lindo, él lo sabe. No tengo de qué esconderme. Simplemente se que luego de cada concierto te vas de fiesta y Nath me dijo lo mismo de Morat – añadí mientras dejaba las hamburguesas de Sebastian en la mesa y me acercaba para limpiarle la cara a Sara. No se como hizo para ponerse salsa en la frente – y no puedo irme de fiesta.

- Pero yo si puedo hacer esto – tomo su teléfono y llamo a alguien – Hola Lucas.

- ¿Ya hablaste con ella? – escuche la voz de mi papá del otro lado.

- Sigue negándose.

- No pienso ir. No pueden obligarme – me negué para que me escuche.

- Ginger, vete a cambiar y vas a disfrutar de tu juventud. Nosotros nos encargamos de nuestra nieta que para eso vinimos a México.

- Pero...

- Pero nada.

- No es justo. Trato de ser una buena madre – exclame con un puchero.

- Y lo eres pero necesitas salir.

- Y seguir conociendo a ese chico guapo con él que saldrás.

- Los odio a los tres sepanlo. Ahora terminen esta llamada así sigo siendo madre.

- En 15 llegamos.

Juan Pablo Villamil

- Así que vas a cenar con Ginger – dijo Nath intentando descifrar algo.

Nuestra suerte ~ Juan Pablo Villamil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora