Capítulo 28.

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- La cosa es... - dijo Luisita, siguiendo a Mark alrededor de la tienda de ropa - ...cuando estoy con ella me siento como que nada mas importa, ¿sabes?

- Mmhmm - dijo Mark, Luisita entrego un vestido para añadir a la creciente pila en sus brazos.

- Pero entonces... - la artista continuo, ajusto el peso de la ropa para que no se caiga - ...cuando no estoy con ella, cuando estoy caminando a casa, o cuando estoy en la cama, todas las otras cosas...parecen importar. Y entonces todo lo que puedo pensar es cómo va a reaccionar mi familia. O lo que esto significa en términos de mí vida. Digo, no quiero volverme loca porque me etiqueten. Sólo sé que la quiero, ¿sabes? - hizo pausa cuando noto que una señora la miraba de forma extraña - Estoy tratando de cuestionar mi sexualidad por aquí, ¿le importaría? - le espeto.

La mujer miró sorprendida y ofendida, pero se alejo sin decir una palabra. Luisita tomó respiro hondo y miró hacia arriba para encontrar a Mark sonriendo.

- ¿Qué?

- Nada - dijo, poniendo un brazo alrededor de ella. Comenzó a dirigirse hacia los vestuarios - Vas a estar bien.

- Gracias, me ayudas un montón.

Mark la guio al primer vestuario corrió la cortina y la cerró detrás de ella.

- Entonces, ¿cuál es el problema? - preguntó un segundo después.

Luisita miró brevemente en la blanca cortina entre ellos como si pudiera contener la respuesta a la pregunta. ¿Cuál es el problema?

- El problema... -dijo, ordenando a través de la ropa -... es que no sé lo que quiero.

- Luisita, tienes una cita con Anthony esta noche y todo lo que has hecho es hablar de esta misteriosa niña tuya. Es bastante obvio para mí lo que quieres. ¿Ella estará dónde vas?

Luisita se mordió el labio mientras comenzó a desnudarse.

- Sí - dijo.

- Así que realmente quieres verte sexy para ella.

- Sí - no tenía sentido negarlo. Tomó un vestido rojo de nylon de la pila y lo deslizó sobre su cabeza; el material se deslizo por su cuerpo como un guante - ¿Eso me hace una persona horrible?

- No, pero te hace una cita terrible.

Luisita corrió la cortina y la abrió para que Mark pudiera verla.

- ¿Bueno?

La miró de arriba a abajo y sonrió.

- Perfecto. No te pruebes cualquier otra cosa - él la agarró por la cintura y se volvió en torno a ella para que se enfrentara al espejo - Me encanta el dobladillo. Tienes buenas piernas.

- ¿Estás queriendo ligarme?

Mark se echo a reír y descansó su barbilla en la parte superior de su cabeza.

- Luisita... - dijo - ...si ella te gusta por lo menos déjaselo saber. No te preocupes por todas las otras cosas ahora mismo.

- No puedo simplemente decirle - dijo, horrorizada por la idea.

- Entonces, al menos, déjele saber que no eres heterosexual - hizo una pausa - A menos que todavía estés pensando que lo eres...

- No - dijo Luisita, pensamientos de Amelia pasaron intermitentemente a través de su mente - Quiero decir, no sé con certeza, porque mi experiencia con las mujeres está totalmente limitada a pensamientos en mi cabeza, pero esas ideas no han sido definitivamente heterosexuales.

- Bueno, entonces, te recomiendo que por lo menos le digas. Y realmente necesitas detener a Anthony. Porque incluso si duermes con él y disfrutas de él, que no va a hacerte menos lesbiana o mas heterosexual.

El lado ciego del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora