No sabes lo que es amar.

1.5K 97 19
                                    

El médico había dejado a la familia hacía ya unas horas. La mente de Thimothée estaba echa un lío. 

"Me temo que es demasiado tarde, majestad." le había dicho y Thimothée había abierto la puerta de los aposentos de su esposa y se había dejado caer en el sillón, a su lado. No se había movido desde ese día y no pensaba hacerlo. 

Lucinda no había despertado desde entonces y la fiebre a veces era demasiado alta como para bajarla con facilidad. 

Unas manos se posaron en sus hombros, haciéndole despertar. 

- Deberías descansar - le dijo su madre. 

Él tan siquiera la había mirado. Había guardado silencio y había esperado a que se fuera, entre suspiros. 

Su mirada se centró en la taza, una vez más. Negó con la cabeza y enterró el rostro entre las manos. Tenía que haber algo que la ayudara. Miró a su esposa y agarró su mano con fuerza. Como si todavía no pudiera creerse que aquello estaba pasando de verdad. Tal vez debería escribir a su familia, pues aunque ella había insistido en que no les informara, sabía que tenía que hacerlo. 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Los días pasaban lentos y la estancia cada vez comenzaba a parecer más fría. Thimothée solo se levantaba del sillón para caminar arriba y abajo en los aposentos sin retirar la mirada de Lucinda. Esta seguía sin despertar aunque la fiebre había remitido. El médico les había hecho una visita y le había comunicado que la diera de beber y la pusiera un paño frío en la frente. Thimothée así lo había hecho, por supuesto y Lucinda parecía mejorar. 

- Levántate y ve al jardín a pasear - le había dicho su madre. 

- No quiero saber nada de nadie madre. - le había respondido él en tono cortante. 

La mujer le dejaba solo a la espera de que algún día su hijo saliera de allí. 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

La tez de Lucinda tenía un mejor color y aquello encendió una chispa de esperanza en el corazón del joven. 

Mientras su pierna se movía de arriba a abajo inquieta, se le ocurrió leer en voz alta poesía para ella. Lucinda le había insistido un par de veces en que tenía una buena voz para leer y él nunca la había hecho caso. 

Se levantó y rebuscó entre los libros hasta encontrar uno que le gustara. Entre aquel montón distinguió una tapa verde oscura que le resultó familiar. Era uno de los volúmenes que a él le gustaba leer cuando era un crío. 

Buscó entre páginas amarillentas el poema que estaba buscando y se aclaró la garganta mirando a su esposa. Su rostro estaba en calma y su pelo caía sobre las sábanas blancas. Pensó en aquellas escasas tarde de verano en las que podrían haberse bañado en el río. Seguro que a Lucinda le hubiera encantado la idea. 

Sonrió por primera vez en semanas y empezó a leer. 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Thimothée había terminado con los libros de poesía y había empezado a leerla una novela. No recordaba el título pero el libro trataba sobre un inhóspito reino en el cual una princesa intentaba ganarse el perdón de su padre, casándose con uno de los reyes más ricos. El rey había resultado ser un hombre encantador el cuál la protagonista había aprendido a amar. Sin embargo, todo cambia cuando esta conoce a su hermano. Un joven apuesto y valiente que consigue ganarse el corazón de la esposa de su hermano. Desgraciadamente, cuando planean huir, uno de los hombres del rey les sorprende y mata a la joven. El joven desesperado, cuando llega a palacio, se quita la vida delante de su hermano. Un final trágico pero previsible. 

Matrimonio Concertado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora