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Jungkook guardo todos sus libros en el casillero cuando toco el timbre para el almuerzo y cuando termino de hacerlo, una mano impacto contra este y lo cerro, dejando ver la cara fría de Yoongi en primer plano.
－¿Pasa algo, Yoongi?－ le preguntó pareciendo confundido por su acción.
－Si, pasa muchas cosas la verdad－ contesto sabiendo que su amigo estaba fingiendo －¿sigues mal después de saber que Taehyung es hermano de tu ex?－ fue directo.
Sin rodeos, el pelinegro empezó a reír por la gracia que le había causado dicho comentario y no es por nada, pero enserio preferido reír que llorar.
－¿Cómo crees?, si, admito que me afecto pero no pasa nada malo ya－ le dijo para que le pálido no comenzara a sospechar lo que había planeado, tampoco le tenia que decir que estaba intentado algo con Taehyung.
－Bien－ contesto algo inseguro －yo me quedare a ayudar al profesor con algunas notas del piano, ¿okey?...
－Okey－ subió el pulgar arriba y antes de que volvieran a hablar del tema, fue retrocediendo en el lugar.
Su pequeña sonrisa fue remplazada por una mirada amarga, casi la que siempre cargaba en la mayoría de los días, pero desde que sabe que Taehyung es el hermanito de Seokjin, esa mirada cargaba mucho más odio que lo común y en el único momento en el se transformaba en una amable era con Yoongi, Jimin y el protagonista de su plan.
Se encamino hacia el área de artes, tenia que buscar a Taehyung para ir a buscar el almuerzo de los dos, claro, porque perdió los juegos de arcade de ayer y aun que se notara inmaduro de su parte, hizo un reclamo de niño de seis años cuando el otro se burlo de el y su derrota con la apuesta.
Ósea que no solo tenia que enamorar a Taehyung, para el colmo será su esclavo por todo un jodido día, ¿nada le puede salir bien? y golpe bajo para su orgullo perder de esa forma en su terreno.
Cuando camino por los pasillos fue bajando la velocidad de su enojo y vio en primer plano el llamativo color de cabello del peliazul en una de las aulas.
Iba a entrar pero se le quedo viendo desde la entrada, no era su plan quedársele viendo, pero fue casi imposible cuando sintió esa corriente recorrer toda su espina dorsal, pues su perfecta vista lo ayudo a ver con claridad a Taehyung sonreír mientras dibujaba un boceto en su cuaderno de diseño.
No quería quedarse como bobo viéndolo, pero no podía moverse, ¿podía verse tan bien dibujando así como así?, incluso cuando se le iban cayendo los lentes, era tierno el gesto que hacia para subirlos de nuevo con un leve puchero, luego una pequeña parte de su lengua sobresalía de sus labios, tal vez pensando en que si se veía bien o no su diseño, luego borrando y volviendo a pasar el lápiz.
Trago duro al darse cuenta que Taehyung sin duda era un chico precioso, que rápidamente le recordar a la señora Kim, su ex suegra, ya que siempre se pregunto porque Seokjin no se le parecía, aun que talvez si se parezca a su padre seguramente y en el caso contrario de su hermano.
