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Taehyung había salido volando de la universidad una vez inscripto, no sabia el porque pero se sentía muy ansioso de poder asistir a aquella universidad, ya que le director le hablo de todos los talleres que tenían y ni hablar de los profesores fenomenales que le fueron asignados.
Pero había otra cosa que lo tenia pensando y muy inquieto, se trataba de aquel pelinegro que choco con el aquella mañana.
Incluso podía sentir su desenfrenado corazón cuando lo volvía a recordar y es que esa clase de atractivo no había en Daegu, ni lo vio en muchos hombres, aquel chico con piercings y cabellos negro, con un aire de que te va a partir la madre, era algo que fue sumamente atractivo de apreciar.
Tan inmerso estaba en sus pensamientos que ni sintió cuando alguien había ingresado a su nuevo cuarto.
－Taehyung-shi... ¿no necesitas ayuda?－ una voz a su espalda lo hizo saltar en el lugar, por lo que con el ceño fruncido miro a la persona.
Su hermano mayor.
－Estoy bien, Jin Hyung, gracias－ le resto importancia volviendo a desempatar sus ropas.
－Papá me comento que ya te inscribiste en la universidad, ¿Qué te pareció?－ se adentro al cuarto con el objetivo de poder entablar una conversación con su hermanito.
Taehyung solo rodo los ojos antes de suspirar, el era muy diferente a su hermano mayor, a pesar de venir de los mismos padres, su relación no fue tan unida como hubieran esperado.
Cuando los señores Kim se separaron dejaron los corazones de los niños destrozados, ya que lo hicieron cuando Jin tenía tan solo diez años y Taehyung cinco. En este caso Dakho se quedo con el menor de sus hijos en su ciudad natal, mientras que Mina se llevo al mayor a Seúl para comenzar otra vida.
Como era muy común, los padres a veces se reunían para que sus hijos no perdieran la comunión ni la conexión de ser hermanos, pero pronto ese plan se fue desvaneciendo.
Aun así se amaban.
E incluso era irónico, porque Taehyung era medio amargado y atrevido con carácter fuerte, pero Dakho era una luz radiante, por otro lado Mina era la sería con un semblante intimidante y exigente, mientras que Seokjin era el de las sonrisas.
Hubo solo una razón por la que Taehyung y su padre estaban viviendo ahora con Seokjin, y era por la trágica perdida de su madre, de Mina, quien había fallecido hace poco destrozando a los tres hombres de su vida.
Pero de eso hablaremos mucho más adelante.
－Te voy a ser sincero－ hizo una pausa de su trabajo en acomodar la ropa －me encanto, ¿si?, fue interesante todos los talleres, las actividades, los clubs y aun que me cueste admitirlo, t-tenias razón－ murmuró eso ultimo con la cabeza agachada.
－¡¡Oh!!, lo sabía, ves... debes confiar en tu hermano cuando te dice las cosas－ sonrió victorioso el mayor.
－Si, como sea－ le resto importancia rápidamente －lo malo es que esta lleno de idiotas, todos me observaron cuando entre, como si nunca hubieran visto un ser humano en sus vidas－ recordó ese incomodo momento que paso.
