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Jungkook se encontraba arreglando el desastroso de su cuarto, ya que había invitado a Taehyung a jugar videos juegos ese mismo sábado a la tarde, por lo que se levanto muy temprano para que su departamento se vea decente.
Lo raro es que lo hacia con una sonrisa dibuja en su rostro, es que pasaron los días que junto a Taehyung todo parecía ir mucho mejor, ahora el menor se dejaba abrazar por el pelinegro y eso para su parecer era un gran avance, además de los constantes besos en las mejillas que se daban mutuamente.
Una semana más paso desde que se dijo que debía ir despacio y la verdad, actuando como el originalmente es, fue la mejor idea que se le pudo ocurrir en el mundo, en realidad los créditos son para Yoongi, pero no importa ahora.
Todo parecía fluir entre ellos y no veía el día que le tocara besar los labios de Taehyung otra vez.
Para luego destrozarlo, recuerda.
Claro, cierto, ¿Cómo pudo haber olvidado de ese detalle?.
La cosa es que estaba barriendo entretenido, pero de la nada, de uno de los estantes cae una caja que al parecer ya se estaba ganando el premio novel por el increíble equilibrio que tenia arriba de toda la montaña de cajas que acumulaba.
No lo juzguen, es que se olvidaba de mandárselas a su madre que termina acumulándolas el mismo.
－¿Es enserio?－ pregunto soltando un gran bufido, viendo la mayoría de las cajas ahora en el piso －bien, las desarmare y así estará mejor acomodado...
Se puso hacer eso, hasta que le toco doblar una caja que para su sorpresa se encontraba un poco pesada, soltó otro bufido esperando que haya nada podrido o muerto dentro pero cuando la abrió solo pudo desear que fuera algo podrido o muerto.
No quiso sentirse mal, pero le fue inevitable, ¿Cómo pudo dejar su caja de recuerdos junto a la basura?, a cierto, el quería tirarlas.
Se sentó con muchas más comodidad sobre el piso y empezó a ojear su álbum de fotos, eran fotos de el de chiquito que le robo a su madre, pero cuando llego a mitad de este las fotos comenzaron a ser sobre su adolescencia esa donde conoció a Seokjin.
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