Tanto Amelia Blight como Lucia Noceda no creen mucho en las estúpidas palabras del "amor", no después de las malas experiencias que pasaron en su adolescencia.
La relación de esas dos era en extremo tóxica, y siempre que alguien les preguntaba si te...
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¿Cómo expresar, lo que Amelia estaba sintiendo en estos momentos?
¿Cómo describir, la ira acumulándose en ella?
¿Cómo poder controlarse, con lo que estaba viendo y viviendo en estos momentos?
¿Cómo es posible, que sus padres no le presten atención a su cuerpo destruido, solo porque Amity sacó una -A en su examen?
—Esto es indignante, Amity —Gruñia Alador, paseándose alrededor de su hija menor que estaba sentada frente a él en el sofá de la sala, con la cabeza gacha y agarrando su vestido entre sus manos—. Tu rendimiento era perfecto y lo tuviste que arruinar con eso.
—P-Pero, papi, solo es una nota baja... —Trato de decir la pequeña, pero fue interrumpida por su madre.
—Nada te peros.
—Mamá, ¿Acaso no me ves...? —Amelia trato de, prácticamente, suplicar por la atención de algunos de sus padres, pero Odalia se volteo en su dirección con una expresión que demostraban que su presencia era irritante para ella.
—Ahora no, Amelia. Deja de pensar en ti por un momento y concentremonos en la horrible nota de tu hermana.
¿Pensar solo en ella? ¿¡Pensar solo en ella!? ¿¡PENSAR SOLO EN ELLA!?
Después de esta frase, simplemente explotó.
—¡BASTA! —Grito por fin, llamando la atención de absolutamente toda su familia, incluyendo sus hermanos sorprendidos por su gran grito acompañado de lágrimas—. ¡Estoy, harta de esto, de tener que lastimarme para llamar su atención, y que aún así no me vean solo por una puta nota!
En este momento no podía controlarse, no ahora. Lleva años reteniendo varias de sus palabras y sentimientos, y una vez que todo se desmoronó dentro de ella en una avalancha de emociones nada podría detenerla.
Ante las miradas de sorpresa y al mismo tiempo confusion de sus padres, prosiguió:
—¿¡Por qué creen que casi todas semanas vengo con una herida nueva!?: ¡Por qué quiero, aunque sea llamar su atención si no es complaciendolos a ustedes con la magia, y si no es eso entonces por ustedes estaría bien que llore en mi cuarto suplicandole al Titan que me den aunque sea un ojo!
—Amelia, calmate...
—¡NO! —Grito hacia Emira que trataba de controlarla, pero era inútil—. Mamá, papá, ¡yo odio la magia! ¡La odio por ustedes par de ignorantes! —Los señaló con furia—. ¡Quiero es ser psicóloga en el mundo humano, pero a ustedes les importa tres cerros de mierda que haga allá o cuanto progrese! ¡YA NO QUIERO SER MÁS QUE PERFECTA PARA USTEDES SOLO PARA LLAMAR SU ATENCIÓN NI TAMPOCO LASTIMARME PARA QUE ME DEN CARIÑO! ¡YA NO SOPORTO VIVIR CON USTEDES SIENDO ALGO QUE ODIO SER!
Después de eso, todo quedó en silencio, nadie dijo nada en esa sala sucumbida en silencio, nada más se escuchaba la exasperada respiración de Amelia chocar contra las paredes de piedra y concreto. Cuando al fin se calmó, volvió a hablar de nuevo:
