Tanto Amelia Blight como Lucia Noceda no creen mucho en las estúpidas palabras del "amor", no después de las malas experiencias que pasaron en su adolescencia.
La relación de esas dos era en extremo tóxica, y siempre que alguien les preguntaba si te...
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Lucia Noceda: Cuando tenía 14 años se anunció que sería la persona más joven en grabar un álbum. A pesar de sus ataques constantes de ansiedad, no dejaba que nadie la detenga a cumplir sus sueños y ayudar a su familia, de hecho, ella fue la que sacó a su madre y hermana adelante cantando para varios eventos importantes o de clase alta. Esa niña era todo un prodigio y un ejemplo a seguir.
Sin embargo, todo la que sube tiene que bajar.
Cuando su madre murió, todo se derrumbó dentro de ella. Gracias a su muerte Robert tomó sus custodias, le quito su contrato para su álbum y la sacó de su amada escuela donde le costó hacer amigos, la metió a Hexside cuando se graduó y la obligó a estudiar psicología.
Ese hombre era en serio horrible, porque gracias a el su ansiedad volvió a ser un tormento en su vida y la obligó a dejar sus terapias que en serio la estaban ayudando mucho. El siempre dijo que un carácter fuerte y duro era lo único que necesitaba para corregir todas sus tonterías. Sus regaños ya de por si eran suficientes para empeorar todo, ni siquiera tuvo que usar los golpes, hasta ahora.
Gracias a que apenas pasó el semestre con un 12, desató su ira, lo peor de todo es que perdió un contrato con un cliente, así que no hubo nadie más con quién descargar todo su enojo.
Jamás le había golpeando, nunca. Sus gritos eran suficientes para desatar un ataque de ansiedad en ella, así que un golpe era lo peor de todo. Miraba su mano temblar mientras trataba de respirar con normalidad. La mejilla le ardía y su cabeza dolía por el fuerte golpe que tuvo contra la pared gracias al imbecil de su padrastro, pero por suerte no habían heridas tan drásticas aparte de las marcas de los dedos Robert en sus brazos.
En ese momento supo que no podía quedarse aquí, ni un minuto más. Le importaba poco su ataque; tenía que huir lo antes posible mientras todos dormían. Lo malo era que no tenía dinero suficiente para pagar aunque sea un departamento barato.
En eso, recordó lo que le dijo Amelia esa misma tarde.
“Yo digo que le robes al maldito de tu padrastro”.
Si tenía cuidado, podría tomar parte del dinero que guarda en su oficina.
Solo había una oportunidad mientras dormía.
En silencio tomó solo las cosas esenciales de su habitación, ya sea ropa, zapatos y algunos cosméticos. Le dolía dejar sus libros, pero eso era lo de menos por ahora. Se puso unos leggins oscuros, un top, arriba una cachetada de algodón gruesa y converse. Luego de prepararse tomó su bolso y salió de su cuarto silenciosamente.
Camino lentamente por los pasillos hasta la oficina de Robert, por suerte no estaba con llave, así que abrió las puertas con cuidado para no hacer ruido. Lucia miró con detenimiento cada rincón con algunos de los glifos de Luz pegados en las paredes hasta encontrarse con la caja fuerte donde Robert guardaba una parte de su dinero por alguna emergencia.
