La cama hizo un crujido cuando cayó en ella, amenazando con romperse. Sin embargo, no le presto atención a eso cuando vio como la morena frente a ella se quitaba la camisa y se cernía sobre su cuerpo.
Una bruja y una humana, ¿quién lo diría?
Lo peor de todo es que se odiaban a muerte, así que esto no sería nada bonito.
—Trata de ganarme, pequeña perra. —Burlo Lucia en el oído de su contraria, lo que no se esperaba es que esta haga el esfuerzo de voltearse, ahora quedando ella entre sus piernas.
—¿Me estás desafiando, Noceda? —Río la peli lila, tomando entre sus dientes el lóbulo de su oreja.
—Tal vez.
Esta era su rutina diaria.
Lunes y viernes, ignorarse durante el día frente a otros.
5:00 pm a 7:00 pm, matarse a golpes bajo un puente.
Por las noches de los viernes, sábados y domingos, coger fuerte y a veces darse como cajón que no cierra.
—Mierda~. —Gimió la morena al sentir como los labios de la Blight hacían estragos en su zona más sensible, tanto era que no podía controlar la fuerza con la que agarraba el cabello lila de su contraria, aunque poco le importaba la verdad.
Justo cuando estaba por llegar, Amelia se detuvo. La miro con reproche cuando volvió a conectar su mirada con la suya, pero ella encajó sus caderas para empezar a moverse, lo que calló cualquier palabra que fuera a salir de sus labios hinchados.
El infierno se estaba desatando entre las sabanas.
Nadie las oirá tener sexo, porque a estas horas todos los integrantes de la mansión Blight están profundamente dormidos, aparte de que había un hechizo especial en la habitación que evitaba que cualquier sonido salga, así que ninguna se preocupaba que tan fuerte gemían.
—Odio cuando gimes, es irritante. —Jadeo Amelia, con el rostro sonrojado y el sudor goteando de su frente, pero su tono de voz detonaba que los gemidos de Noceda le encantaban.
Lucia cambio posiciones, y tomo el tobillo de la peli lila para ponerlo en su hombro y seguir moviéndose, solo que con ella la cosa era un poco más fuerte.
—Di mi nombre. —Gimió, mirando con total satisfacción como su contraria estaba roja de pecho hasta las orejas y como deliraba de placer cuando apretó su pezon entre sus dedos.
—Lucia~.
—Dilo otra vez.
—Lucia~.
Así era lo de ellas: odiarse a muerte por el día; romperse a puñetazos por la tarde; y coger sin pudor por la noche.
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🖤~Crazy In Love~🖤
Fiksi PenggemarTanto Amelia Blight como Lucia Noceda no creen mucho en las estúpidas palabras del "amor", no después de las malas experiencias que pasaron en su adolescencia. La relación de esas dos era en extremo tóxica, y siempre que alguien les preguntaba si te...