Tanto Amelia Blight como Lucia Noceda no creen mucho en las estúpidas palabras del "amor", no después de las malas experiencias que pasaron en su adolescencia.
La relación de esas dos era en extremo tóxica, y siempre que alguien les preguntaba si te...
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A pesar de todo, ella nunca se fue.
Jamás en su vida una persona logró manejar sus ataques, únicamente su madre lo hizo. Aparte de ella, Amelia era la primera en saber como tomar todo, tampoco se asusto ni mucho menos volvió a gritar; se quedó ahí con ella hasta que todo pasó, hasta que logró calmarse y pudo levantarse nuevamente. Luego de eso la ayudo a secar sus lágrimas y le sirvió agua. Lucia lentamente tomó el vaso y dio un pequeño sorbo para refrescar su garganta un poco seca.
Amelia volvió a sentarse a su lado después de preparar un té para ella y la humana. Esta parecía seguir nerviosa, sus ojos estaban inyectados en sangre y sus manos tropezaban constantemente. Sin embargo, se veía mucho más tranquila.
—¿Te sientes mejor? —Pregunto la peli lila con calma. La morena asiente, cerrando los ojos mientras bebía un poco del té que le preparo, era de frutos rojos; su favorito. Por ahora no quería hablar, era mucho mejor para ella mantenerse callada después de algo así.
Y Amelia comprendía eso completamente.
—¿Quieres... hablar de eso?
Lucia alzó su mirada hacia ella, pensando, luego bajo la mirada hacia el líquido en su taza de té, veía su reflejo en el líquido mientras acariciaba la taza con sus dedos.
Dio un respiro hondo antes de decir:
—Y-Yo... f-fue Robert... —Dice, queriendo llorar una vez más—... Apenas pase el semestre, y el llegó enojado así que... el... el...
—No tienes que continuar con el resto sino quieres. —Dijo rápidamente, tomando su mano, pero la morena la apartó para quitar su capucha, dejando ver un enorme moreton en su mejilla y una herida en su cabeza cerrada con un sticker del aquelarre de curación.
La peli lila cubrió su boca con su mano al ver el daño.
—¿El te hizo eso? —Pregunta, tratando de acercar sus manos, pero ella terminó por quitar su chaqueta, jalandola hacia arriba, revelando las marcas de las manos de ese hombre en sus brazos.
—N-No pude aguantar y... tomé parte de su dinero para irme... —Sin poder soportarlo dejo soltar de nuevo las lágrimas.
—¿Por qué no me dijiste esto? ¿Por qué no me dijiste que tienes ansiedad? ¿Por qué no me dijiste todo esto de él? —Blight gruño, totalmente molesta.
—No creí que te importará...
—No, Lucia —Dijo, acercándose a ella para tomar sus manos—. Puede que nos tratemos como la mierda, pero lo creas o no me preocupo por ti. Nuestra relación no es exactamente de amigas pero me preocupas, ¿ok? Cosas como estas y saber que sufrías de esta manera frente a mi me duelen, por qué lo tenía tan claro y aún así no pude protegerte. Te estoy siendo sincera en este momento, así no quiero bromas ni menos...
Pero, en vez de eso, los ojos de la de raíces latinas se llenaron de lágrimas, mordió su labio con fuerza y la abrazo sin pensarlo, sin medir nada; simplemente actuó por impulso y necesidad de todo ser con emociones.
