Tanto Amelia Blight como Lucia Noceda no creen mucho en las estúpidas palabras del "amor", no después de las malas experiencias que pasaron en su adolescencia.
La relación de esas dos era en extremo tóxica, y siempre que alguien les preguntaba si te...
Una de las cosas malas que tiene que lidiar Lucia con su roommate es que cada mañana era despertada por un rola de Camila Cabello desde la pequeña bocina que tiene Amelia. Lo bueno era que ahora se despertaba mucho más temprano que antes, y lo que la motivaba más era el lujo de ver a la Blight hacer su rutina de ejercicios.
Era el cielo verla hacer lagartijas en el suelo mientras ella tomaba su jugo de naranja, como los músculos de sus brazos se tensaban con el esfuerzo físico que hacia y el sudor caía por su piel en pequeña gotas.
—Cuánto quisiera ser tu camisa ahora mismo. —Murmura para sí misma, sin darse cuenta que se pasó un poco con su tono de voz. Claramente se había confiando mucho de la música sonando.
—¿Qué dijiste? —Pregunta ella, subiendo su vista hacia la morena que tomó un espeso sonrojo en sus mejillas.
Noceda con la vergüenza hasta la barbilla se volteó de golpe como excusa para tomar más jugo.
—Qué... Q-Qué desearía tener la misma fuerza de voluntad que tu tienes para hacer ejercicio todas las mañanas. —Tomo un sorbo de jugo mientras la Blight se levantaba del suelo hacia la cocina; lamentablemente para la Dominicana su botella de agua estaba justo a su lado
Noceda se puso aún más nerviosa cuando se acercó a ella de manera lenta y tortuosa para ella.
Blight apago la música con un hechizo y fijo su total atención en la morena sin intenciones de mirarla.
—¿Dijiste que... querías tener la misma fuerza de voluntad que yo para hacer ejercicio?
—Em... ¿Sí...? —Alargó el 'sí' en su boca, formando una sonrisa nerviosa y encogiéndose en su puesto cuando la pálida siguió acercándose a ella.
Amelia formó una sonrisa ladida.
—Bien. Yo te ayudaré en eso. —Le dio un par de golpecitos en su brazo; Blight noto que no tenía nada de fuerza en ese instante—. No te preocupes Luci. Me encargaré de que toodoo esto de aquí desaparezca para ser remplazado por algo nuevo.
Lucia no supo a qué se refería con exactitud hasta que llegó la mañana siguiente.
—¡A levantarse bella durmiente!
La Dominicana se despertó de golpe por ese ruido. Cómo todos sus sentidos no se conectaron de inmediato no supo que pasaba hasta que vio la hora en su teléfono. Eran las 6:00 de la mañana.
—Amelia no jodas. Déjame dormir. —Se quejó en un tono adormilado, bostezando un poco. Se cubrió la cabeza con la almohada a su lado y le dio la espalda a la chica.
Lo que para nada se esperaba es que Blight tome la sábana que cubría su cuerpo y la jale fuera de la cama. Salto de sorpresa ante esto ya que dormía solo en calzones y pocas veces con un camisón. En esta ocasión decidió dormir solo en calzones.
Dio un gritito asustadizo y cubrió sus pecho con una mano; totalmente avergonzada gracias a la mirada depredadora que tenía Amelia en su cuerpo expuesto.
—No entiendo porque cubres algo que ya vi, toque e incluso chupe miles de veces —Rodó los ojos ante esto—. Levántate y cepillate. Si no tienes ropa deportiva usa mi ropa, después de todo somos de la misma talla.
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