Hora de Karma y TN.

693 38 0
                                    

Llevaban desde segundo de secundaria comparándola con un tal “Karma”, por lo que llevaba un tiempo sintiendo curiosidad por el tipo y si de verdad se parecían y se merecía ser igualado con ella.

Minazaki TN era hija única de lo que alguna vez había sido el matrimonio Minazaki. Era estudiosa, sus notas siendo lo suficientemente altas como para mantenerla durante un año en la clase A, siendo este su primer y último año allí.

De lo más alto, pasó a lo más bajo del instituto.

¿Por las notas? Noo, por comportamiento.

Por lo general era una chica bastante calma, que pasaba desapercibida entre los demás estudiantes cuando quería, pero había una cosa que en un principio nadie sabía.

No le gustaban los bullys, y no se dejaba matonear.

Solo pudieron enterarse cuando hubo una vez, en la que una niña idiota creyó que sería divertido arruinarle los apuntes a la chica de promedio casi perfecto y que siempre acaparaba los primeros 10 puestos de la lista general del instituto.

Ese día, TN volvió del recreo junto al resto de compañeros, encontrando su cuaderno y libro sobre la mesa, empapados, con la tinta corrida y todos sus útiles tirados alrededor del asiento o en el suelo.

Todo el que entraba reía por la escena, con ella estática a un lado de su lugar, sin hacer nada más que estar allí parada. 

Cuando entró el profesor preguntando qué era lo que había pasado, fue cuando ella tomó su cuaderno y caminó al frente con la mirada baja, el cabello cayendo y tapándole los ojos. Al llegar a un lado del escritorio del maestro, levantó el cuaderno con la punta de sus dedos, y subiendo su mirada, ahora oscura, hizo estremecer a los presentes por ese peligro oculto pero inquebrantable.

Sonrió, sádica y retorcidamente, esa sonrisa que no ocultaba nada bueno—. ¿Quién ha sido?—fue lo que preguntó, fuerte y claro.

Nadie fue capaz de articular palabra—. Minazaki-san, vaya a-—la peli___ lo interrumpió alzando una mano, su aura intimidante mandándolo a callar para la sorpresa del propio hijo del director.

—Si tuvo los huevos para hacerlo, que los tenga para enfrentarme, ¿Quién-ha-sido?—repitió.

Al fondo una de sus compañeras dejó salir una risita satisfecha, casi inaudible, pero que debido a la ausencia de todo sonido y su agudo oído, logró escuchar.

No pasó demasiado para que la chica se acercara aún con el cuaderno en la mano, amenazante, en un silencio casi perturbador, pero tan intimidante que por donde pasaba hacía a sus compañeros contener la respiración. Estuvo frente al agresor en un santiamén, y alzó su mentón con aire calmado y resuelto.

—¿Tú lo hiciste?—preguntó.

—Así es, necesitabas un descanso. Debe ser agotador estudiar tanto—dijo la muchacha, mostrándose desinteresada y desafiante.

En el silencio del aula se escucharon tres cosas en el siguiente orden, y tan rápido que fue abrumador para los espectadores: el golpe de una libreta contra la cara del estudiante bromista, una nariz rompiéndose y un grito desgarrador.

Resonó una risa entre dientes y TN lamió sus nudillos manchados con algo de sangre, y no precisamente suya. Miró a la joven con sus ojos teñidos de placer y sin pizca de arrepentimiento. Aquel día se rebeló la naturaleza de aquella estudiante, y su nombre empezó a decirse en los pasillos del instituto, generando curiosidad y que algunos idiotas fueran a comprobar que eran más fuertes, saliendo con el rabo entre las piernas y el ego por los suelos.

La suspendieron una semana por eso, pero gracias a la influencia de su madre y sus buenas notas no le dieron la importancia debida, dejándola en su clase, pero no acabó allí.

Mitades Complementarias || Karma Akabane Donde viven las historias. Descúbrelo ahora