Hora de viaje escolar, segunda hora.

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TN se metió en la ducha, sintiendo el agua correr por su anatomía y tallándose el cuerpo lo mejor posible, quitándose la suciedad del exterior, lavándose la tierra y el sudor, y el jabón dándole un dulce aroma a frutos rojos.
Sin embargo, aún podía sentir aquellas sucias manos acariciándola con rudeza, tirada en el mugroso suelo con sus amigas gritando. Si era sincera, por mucho que en el momento no haya sentido nada, solo centrada en salir y proteger a sus amigas, ahora sentía las repercusiones de aquello, y mira que le daba bastante asco.

Entonces pensó en las cosas que les iban a hacer si no hubiesen llegado su profesor y sus compañeros. Tomarles fotos indecentes y circularlas entre ellos y las redes, violarlas, y perseguirlas eternamente, ya fuera buscando más o tal vez el eterno trauma. Sus vidas seguramente no hubiesen sido las mismas, ya fuera por la mancha permanente en su memoria o por ser señaladas para siempre. Le alegraba no tener una respuesta, así que suspiró y salió de la ducha, poniéndose el pijama tradicional que les prestaron al entrar.

Le daba tanta rabia imaginar las millones de personas que pasaron por esa terrible situación, y muchísima más pensar en que eran señaladas como culpables, justificando a esas mierdas con el “fue la falda”, “¿qué hacías sola en un sitio como ese?” “si tan solo hubieras...”, de solo pensarlo le dolía la cabeza. La cantidad de chicas que se suicidaron, murieron y sufrieron ese momento, desde niñas pequeñas hasta mujeres hechas y derechas, por gente cercana o que no habían visto en su vida.

Finalmente salió y fue a la habitación compartida para dejar su uniforme dentro de la mochila y agarrar su teléfono y audífonos. Necesitaba música.

Empezó a caminar por los alrededores en busca de Karma, que había desaparecido misteriosamente después del episodio de la entrada, recordando su interés por lo que había pasado allá dentro. Acabó cruzándose con Isogai, Mimura y Takebayashi, riendo cuando el pelinaranjo le dio en los lentes a este último, pues jugaban al Ping Pong, reparando en la presencia de Karasuma, que leía sentado unos papeles. Se acercó, quitándose un audífono.

—¡Y Takebayashi muerde el polvo! ¿Quién es el siguiente?

—Oye, TN-chan, ¿juegas?—invitó el de ojos miel, a lo que ella asintió.

—Un rato, estoy buscando al teñido—tomó la paleta que le tendió el de lentes y le hizo una señal a Mimura para que sacara.

—¿Puedo preguntar por qué?—cuestionó, curioso.

—Para hablar sobre algo que pasó—le dio un poco agresivamente y metió punto—. ¡Ajá!

—Mou~, buena esa, TN—ella sonrió y siguió jugando, perdiendo a los pocos minutos.

—Eres bueno en esto, Mimura—dijo.

—Profe, ¿quiere jugar?—el hombre los miró por un momento antes de asentir y avisar de que era un buen jugador, a lo que rio.

(…)

Después de haberse quedado con los chicos y el profe una media hora, siguió buscando a su mejor amigo, sin encontrarlo por ninguna parte, así que sencillamente se rindió y regresó a la habitación, enfurruñada, y lo primero que se encontró fue con las chicas en ronda, por lo que sonrió y se acercó a preguntar qué hacían.

—Hablamos de los chicos de la clase—le dijo Hara.

—Supongo que Maehara e Isogai están muy bien—dijo Nakamura.

—¿En serio piensas eso?—preguntó Kataoka.

—Claro, aunque Maehara es un mujeriego, e Isogai es el delegado, lo que nos deja con Isogai—reflexionó.

—Lo siento amix, pero definitivamente se ven mejor ellos dos juntos que con alguna de nosotras aquí—dijo TN, sonriendo con travesura—. Apuesto lo que quieras a que terminan juntos.

Mitades Complementarias || Karma Akabane Donde viven las historias. Descúbrelo ahora