Hora de Nagisa

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En el medio de la noche de su primer día en la isla a la que iban a divertirse, se encontraban dos grupos de adolescentes en situaciones muy diferentes.

Por un lado, estaba el grupo enfermo, que descansaban acostados en la entrada del hotel, siendo cuidados por otros dos compañeros, esperando pacientemente a que sus amigos regresaran con la cura que evitaría su muerte, confiando en sus capacidades y en las de sus profesores, ajenos a lo que pasaba con el grupo contrario.

El grupo en el helipuerto tenían el corazón roto, aun en shock por lo que acababa de suceder frente a sus narices, llenos de ira, de impotencia y de tristeza, sabiendo que sus compañeros moribundos muy probablemente acabarían con el peor de los destinos. Sabiendo que les habían fallado en su misión de salvarlos.

En ese segundo grupo estaba TN, la persona que vivía las emociones de manera más fuerte y descontrolada de todas, que no sabía qué hacer, dividida en la ira, en la impotencia, en la tristeza y preguntándose como después de haber pasado y sobrevivido todas las anteriores pruebas habían fracasado. Sin saber cómo iba a mirar a sus compañeros otra vez, solo para decirles que no lo habían logrado y que morirían por culpa de un hombre adulto que actuaba como un niño.

Karma intentaba controlar a su novia y evitar que cometiera alguna locura guiada por esas emociones tan fuertes que ella a veces no podía controlar. Por supuesto que también estaba enojado, lleno de rabia por lo que acababa de ver y lo que eso significaba, pensando en que tal vez debió simplemente lanzarse a ese hombre desde un principio, ya que tenía la capacidad suficiente para enfrentarle si le había ganado a un asesino profesional. Pero había decidido confiar, obedecer, y darle esa tarea a Nagisa, el hombre que más miedo e inseguridad le provocaba, creyendo que él podría. Pero ya no tenía caso pensarlo. Solo quedaba pensar en cómo le explicarían a sus compañeros que morirían. Explicarle a las familias el porqué. Y puede que ni siquiera le dieran la verdad porque tendrían que desvelar a Koro-sensei y la misión que se les otorgó. Todo era tan jodido.

—TN, ya no hay nada que podamos hacer—susurró—. A menos que ese maldito tenga más, no podemos hacer nada. Matarlo no evitará...

—Lo sé, pero... es tan injusto—sollozó ella, apretando sus brazos—. Cómo les diremos... Nakamura es mi mejor amiga... Nosotros no vinimos aquí para esto, maldición.

—¡Ven y mátame, Nagisa!

Ambos giraron a ver lo que sucedía, y encontraron a Nagisa de pie, en posición ofensiva con el cuchillo en sus manos, y a Takaoka frente a él, seguramente sonriendo. Tragó saliva, confiando en la sed de sangre de Nagisa y su deseo de venganza, y aun temiendo por él por el poder del odio y el ego roto de su oponente.

—Nagisa está fuera de sí—comentó Kataoka.

—Sí, todos queremos vengarnos de ese hijo de puta—siguió Yoshida—, pero solo Nagisa puede llegar hasta el final.

—¡No! ¡Tienen que detener...!

Koro-sensei fue interrumpido por un objeto siendo lanzado en dirección a Nagisa, que lo golpeó fuertemente en la espalda, sacándolo de su trance. Analizando el objeto, era el aturdidor de Terasaka, que el mismo había lanzado.

—¡No te hagas el chulo, Nagisa!—le gritó—. ¡Vi la cara de pena que pusiste cuando explotó la cura! ¡Deja de preocuparte por los demás, jodido cobarde! ¡El virus se irá solo después de una buena noche de sueño!

—Terasaka...

TN intentó moverse hacia el de cabello bicolor para asistirlo, pero los brazos alrededor de ella se apretaron, y vio la expresión dura de Karma frente a ella.

—Primero ocúpate de ti—dijo con firmeza—. Reúne tus piezas, controla las emociones, organiza tus pensamientos, y después, preocúpate por los demás. No puedes hacer nada si tu estado no es el mejor.

Mitades Complementarias || Karma Akabane Donde viven las historias. Descúbrelo ahora