Hora de la L y la R.

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Oh, sexy guy, it’s a miracle. What? Really?

TN cubrió su rostro, no pudiendo con la voz melosa y “sensual” de su sensei.

Empezó a explicar sobre elementos básicos de la comunicación, y que podían usar el “really” cuando no tuvieran otra cosa que decir. Le pidió a Kimura que le intentara, pero la pronunciación fue realmente mala.

—No—hizo una equis con sus dedos—, tus L y R son un desastre. A los japoneses les cuesta mucho distinguirlas, no puedo entenderles y los hago sentir mal.

Ella levantó su mano—. Yo puedo enseñarles—le dijo—. Intentaré que aprendan.

—TN-chan es de gran ayuda—apoyó Kataoka—, después de sus clases sobre la B y la V, ahora casi todos podemos distinguirlas y pronunciarlas.

—Bueno, TN, ¿te importaría repetir lo que he dicho? Para comprobar que realmente puedes ayudar—le dijo, con malicia.

Ella abrió la boca con impresión, tentada a mandarla a tomar por cu—. ¿Es necesario? Sabes que soy de TP, y ya Kataoka ha dicho que soy de ayuda.

—Es completamente necesario—se cruzó de brazos con una sonrisa burlona, ladeando la cadera—. Venga, o te castigaré haciendo que te sientes en las piernas de Isogai-kun.

Cómo se cagaba en su puta madre, pero vio al pobre ojimiel en pánico y decidió cumplir.

Oh, sexy guy—empezó, cruzando sus brazos. Le incomodaban todas las miradas sobre ella—, it’s a miracle. What? Really?—finalizó con un muy leve rubor en sus mejillas, dándole un toque grave y sensual a la última palabra.

Okajima, mesas mas allá, se cubrió la sangrante nariz.

—¡Muy bien! Se nos nota lo extranjeras—aplaudió ella.

Me cago en tu puta madre—habló en su lengua materna, sonrojándose un poco más por las miradas intensas y sorprendidas, cruzando sus brazos y apretándolos contra su pecho.

Me encanta molestarte, mocosa—respondió ella de igual manera, volteándose a la pizarra.

El resto solo quitó su vista de ella, confundidos pues no entendieron lo que dijeron, e Isogai lloraba de purísimo alivio en el fondo de su corazón, pues no estaba preparado para tener a una chica en su regazo.

Los animó para que dominaran la pronunciación de la L y la R y que no les tuvieran miedo, cuando...

—Si se equivocan con la L y la R, los castigaré dándoles un beso con lengua en público—avisó.

El escalofrío fue colectivo, y TN gruñó un poco al recordar aquel devastador beso que se dieron el día que se conocieron.

Una vez fuera para el recreo, se subió a la espalda de Karma a pesar de sus réplicas y ambos se adentraron en el bosque, sentándose luego en las ramas de uno de los inmensos arboles. TN llevaba su bento, y una vez arriba lo sacó del trapito en el que venía y lo abrió, siendo golpeada por el delicioso aroma de la comida casera.

—¿Eso qué ha sido?—le preguntó Karma, comiéndose una de sus galletas.

—¿De qué estás hablando?—respondió ella tomando una rodaja de huevo, sin entender a qué se refería.

—Lo de inglés—habló con picardía—. ¿A quién intentabas seducir?

Se sonrojó salvajemente, recordando su respuesta—. A nadie, idiota.

—¿Ah, no?—se acercó a su rostro con una sonrisa burlona—. Yo creo que sí.

—¿Acaso te gustó, Karma?—regresó, esfumando su rubor y acercando aún más sus rostros, retándolo—. Tal vez por eso insistes tanto. ¿Quieres que lo repita, mh?

Mitades Complementarias || Karma Akabane Donde viven las historias. Descúbrelo ahora