-Cuando terminé la preparatoria no estaba muy seguro de qué diablos quería hacer con mi vida. Fue una época muy extraña en todos los aspectos, me sentía... no lo sé, ahora que lo veo con más distancia, pienso que me encontraba un poco deprimido, ¿sabes? -comenzó, mientras volvía a recargarse hacia atrás sobre sus brazos y contemplaba el lago frente a nosotros-. No estaba seguro de cuál era el siguiente paso; quiero decir, entendía que era hora de escoger mi camino, elegir una carrera y ponerme a ello cuanto antes, pero no tenía idea de qué era lo que me gustaba, a qué deseaba dedicarme. Recuerdo que a veces me preguntaban cuáles eran mis metas a largo plazo, en diez, quince o veinte años, y yo me sentía abrumado porque ni siquiera era capaz de visualizarme una semana en el futuro.
Verlo de ese modo me recordó una de las primeras impresiones que tuve de él, que se trataba de un hombre que no tenía ninguna clase de filtro en su rostro, pues podía asegurar, por su mirada nada más, que su cabeza se estaba esforzando en ordenar las piezas del rompecabezas que muchas veces podía representar el pasado. Dándole sentido, dejando atrás esas formas abstractas que tienen significado ante nosotros mismos, pero no sirven de nada a la hora de presentarlo a otras personas. Me gustaba la manera en la que hablaba, la cadencia que empleaba al pronunciar cada una de sus sílabas, como si te contara una historia ajena más que una anécdota personal. Su ceño se frunció con ligereza, su mirada no se perdió, sino que se mantuvo bien fija en algún punto que era incapaz de reconocer. Guardé silencio absoluto, en ese instante para mí solo existían sus palabras y el sonido de las hojas siendo mecidas por el viento.
-Mi padre es abogado, quería que siguiera su mismo camino y con el tiempo tomara su lugar en su bufete, aunque a mí nunca me llamó la atención todo eso, me daba una pereza terrible. Además, recordaba cuando en uno de sus casos el estrés fue tanto que terminó dándole un derrame; gracias al cielo se recuperó bien, pero yo supe en el instante en que estábamos en la sala de emergencias que podía no saber lo que quería, aunque sí lo que no. -Negó con la cabeza, y yo pude visualizar una pequeña sonrisa asomándose entre sus labios-. Por otro lado, mi madre era escultora y profesora de historia del arte; me llamaba mucho la atención lo que ella hacía, pero me frenaba bastante el sentir que no había heredado ni una octava parte de su talento. Entonces ahí estaba yo, con dieciocho años y una crisis terrible de identidad, de vida, de todo; estuve a punto de ceder a los planes de mi padre respecto a estudiar leyes.
Traté de imaginarlo en un tribunal, todo enfundado en un impecable traje negro, el cabello corto y un maletín lleno de documentos; de alguna manera no notaba que la seriedad que exhalaban esa clase de lugares pegara mucho con la energía que sentía provenir de él.
-¿Y qué pasó? -cuestioné intrigado. Hacía unos minutos había vuelto a colocar los calcetines y zapatos en mis pies para combatir el frío y ahora se sentaba con las piernas cruzadas, inclinado hacia adelante hambriento por más. Podía imaginarme un Mich más joven que yo en esa situación, desesperado y confundido; no me gustaba para nada, su aflicción incluso con el tiempo parecía afligirme a mí también.
-En ese entonces yo tenía una novia: Michelle. -Me dedicó una mirada de refilón adornada con una sonrisa de "sí, ya lo sé, no lo digas", pero yo no pude contener la carcajada que se escapó desde el fondo de mis entrañas y él no tardó en hacer lo mismo mientras negaba con la cabeza-. ¡Ya sé! Michael y Michelle, era obvio que eso no iba a funcionar, si ni siquiera podíamos ponernos de acuerdo en quién volteaba cuando alguien decía nuestro nombre.
»La cosa es que mientras todo esto sucedía, Mich, bueno, ella quedó embarazada. Me asusté mucho, pero lo hablé con mis padres y ellos me dijeron que si ya había metido la pata tenía que responderle; entonces tuvimos una reunión con sus papás para hablar al respecto y fue cuando ella dijo que no quería tener al bebé. Es entendible, acababa de comenzar su carrera en física, estábamos por cumplir apenas diecinueve, yo tampoco quería ser papá aún; nuestros padres también consideraron que era lo correcto y ese tema quedó ahí. Un par de semanas después de que Mich interrumpiera el embarazo, mi padre habló conmigo. Me dijo: "la vida a veces decide por ti y no puedes luchar con eso, debes aprender a nadar junto a la corriente que te arrastra o ahogarte intentando ir en su contra; no siempre da segundas oportunidades, pero a ti te las dio. Ve y resuelve tu vida mientras tienes tiempo, porque no tendrás una tercera".
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Las páginas que dejamos en blanco
Teen Fiction¡Ganadora de los Wattys 2023 y el Premio de Entretenimiento de Wattpad-Webtoon Studios! Por fin ha llegado el día. Cansado de una existencia llena de abuso, Illya ha decidido morir tan pronto como caiga la noche, y de entre todos los sitios posibles...