Capítulo 5

3.9K 359 64
                                    

YoungMi no pens a apartarse de la posición en la que se encontraba, así que Sunghoon lo tuvo que hacer, muy a su pesar.

—Es el tercer favor que me haces, ¿cómo te lo voy a poder pagar, Sunghoonie? –rió ella con nerviosismo.

—Largándote de mi camino, Simp –pasó por su lado rápidamente al ver las retadoras miradas que le lanzaban sus amigos cómo advertencia.

YoungMi se giró preocupada, para ver a Jungwon en el suelo levantando los pulgares.

Ni-ki y Sunoo se acercaron cómo pudieron, cayendo también al suelo al lado de su amigo.

YoungMi, en un intento de ayudar que se levantaran, cayó también. Dejando a 4 chicos en el congelado suelo riendo.

—Es lo peor que he hecho nunca, no lo repitamos –pidió el mismo chico que 30 minutos antes rogaba por ir.

—Bueno, estoy seguro de que YoungMi si quiere repetir –bromeó el menor de todos, para luego reírse, se pensaba burlar mucho de su amiga.

—¡Cállate! –exclamó ella, le pegó en el brazo y Ni-ki soltó una amplia carcajada.

—Bien, creo que hemos terminado aquí –Yang se intentó levantar, volviendo a caer al suelo y haciendo un puchero cómo respuesta.

Los 4 acabaron arrastrándose por el suelo hasta acabar en una barandilla, dónde se pudieron estabilizar y llegar hasta la salida de la pista.

—Una y no más –habló Sunoo enrojecido por la vergüenza.

—¿Vamos a por chocolate caliente? Tengo frío –pidió la chica y los otros tres sin pensarlo dos veces la siguieron a una cálida cafetería.

Sentir el calor del lugar era lo mejor para ese momento, sobre todo cuando su ropa estaba mojada por culpa del hielo.

—Vale, entonces, ¿le gustas al patinador famoso? –sabía que el tema no tardaría mucho en hacerse presente.

—Siento decirte que estás confundiendo los conceptos, simplemente es amable conmigo y ya está. 

—Pero, a ti te gusta, ¿no? 

YoungMi todavía no le había puesto nombre a los sentimientos que desarrollaba por él, aunque, en el fondo, sabía perfectamente que estaba comenzando a tener un fuerte enamoramiento por Park. 

—Puede ser... –soltó una risa nerviosa mientras sus mejillas se sonrojaban. 

Todos se miraron cómplices, y de un momento a otro, cambiaron drásticamente de tema. 

El lunes de la semana siguiente llegó, y cómo ya era costumbre, Youngmi estaba yendo detrás de Sunghoon.

-¿Qué puedo hacer por ti? -pedía ella persiguiendolo, el joven rodó los ojos molesto, debido a que siempre estaba detrás suya.

-Dejar de ser una simp sería de gran ayuda -dijo con el mismo tono frío que siempre usaba.

-¿Simp? ¿Me dirás que es eso? -preguntó ella confusa, y el chico se quedó unos segundos pensando, debido a que solía describirla con esa palabra pero no podía decir exactamente que era.

-Ser... Increíblemente... Molesto y... Pesado -sonrió para sí mismo, le había quedado genial.

-Bonita abreviatura, seguiré siendo una simp entonces.

El chico se quedó perplejo ante su reacción, y con una mínima sonrisa en su rostro. Jake no tardó en llegar y pegarle una colleja.

—¿Tengo qué repetirlo, otra vez? –amenazó, él sólo lo empujó y avanzó hacia la clase de química. 

Tristemente, ese lunes Jake decidió ir a clase a primera hora, por lo tanto descartó la opción de que YoungMi se fuese a acercar a él en el laboratorio. 

Lo que ninguno se esperaba era que aquel chico nuevo entrase en su clase. Todos lo conocían a la perfección, Jay Park. Su familia era originaria de Corea, pero se mudaron a Estados Unidos, dónde hicieron una gran fortuna, y ahora habían regresado de nuevo a Corea. Muy probablemente fuesen la familia más rica del país, por lo tanto no era de extrañar que todos los conociesen.

—Bienvenido, señor Park –le saludó la profesora, dándole una amable sonrisa–. Por favor, elija un compañero de sitio para esta clase. 

Todos pudieron ver a la perfección cómo algunas chicas echaban a sus amigas de los sitios, en un intento de que se sentase junto a ellas, pero el joven pasó de largo y se sentó junto a YoungMi. 

—Hola, soy Jay Park —le tendió la mano con amabilidad, y ella la aceptó incrédula. 

—Vete a otro sitio antes de tener algún problema.

—¿Qué problema debería haber? 

—Yo sólo estoy aquí porque mi madre es profesora, por lo tanto no tengo tanto dinero cómo alguno de vosotros –YoungMi esperó con esa advertencia que el joven se levantara y fuese a cualquier otro sitio, pero no ocultó su sorpresa al ver que el chico colocaba su mochila al lado del banco. 

—¿Y cómo es que te llamas? –preguntó interesado. 

—Lee YoungMi. 

—Oh, es un placer conocerte. 

Mientras tanto, en otra mesa, Jake y Sunghoon miraban la escena atentamente, cómo cualquier otro que estuviese en el aula. 

—¿Sabes? Creo que deberías comprarte un bolígrafo nuevo después de esto... y quizás un jersey –habló el australiano viendo a su mejor amigo, este no ocultó su sorpresa por el comentario del chico, y miró su mano, dónde había apretado tanto el boli que este había explotado. 

—Cállate –pidió el otro con rabia, lo último que esperaba en ese día era que un chico guapo y amable se acercase a YoungMi. 

—Quizás que él venga es lo mejor, ¿no? Es una falta de respeto que te guste una chica con novio –Jake le dio un par de palmadas en la espalda y le tendió un pañuelo para que se limpiase. 

—No me digas que hacer. 

ꜱɪᴍᴘ (ᴘᴀʀᴋ ꜱᴜɴɢʜᴏᴏɴ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora