—Supuesta vas conmigo, lo mínimo es que te veas decente –explicó Emily ajustando la chaqueta mal colocada de su falso novio.
—¿Y si pasa todo el tiempo con Jay?
—Esos dos están todo el día pegados cómo lapas, pero no te preocupes, intentaré distraerlo –Jake iba con ellos, al igual que Heeseung.
Había terminado el colegio y las vacaciones de navidad, por lo tanto, ya habían comenzado. Todo el mundo iría a ver el alumbrado, y gracias a confiables fuentes, pudieron saber que Jay y YoungMi irían juntos.
El tumulto de gente que se formaba en el centro de la ciudad en ese momento era incalculable, los 4 empujaban a gente sin importar que quedasen mal sus costosas ropas.
—Tenemos que encontrarla, ¿cómo lo haremos? –preguntó Jake poniéndose de puntillas, pensando que podría distinguir las dos cabezas entre los cientos que había.
—Bueno, puede que ellos no sea fáciles de encontrar, así que, a buscar un pelo rosa –Sunghoon recordaba a la perfección aquel amigo de pelo rosado que pagó las entradas de YoungMi y sus amigos la última vez, y supuso que era más fácil encontrar ese llamativo color entre la multitud.
Mientras tanto, el grupo de amigos se encontraba saliendo de una cafetería con cálidas bebidas entre sus manos en un intento de no tiritar, pero fue imposible para Lee.
Jay lo notó y pasó un brazo sobre sus hombros y ella rápidamente notó la calidez. Jungwon vio la escena con una pequeña sonrisa y él junto a los otros dos jóvenes se alejaron levemente.
—¿Entonces se va a declarar hoy? –preguntó Sunoo emocionado, y el que tenía en rostro similar al de un conejo asintió mostrando sus hoyuelos.
—Si, Jay habló conmigo intentando encontrar la manera de que fuese lo más bonito posible y le dije que fuese hoy.
—Pero se conocen de hace muy poco...
—Pero si se gustan no importa, ya tienen la edad suficiente para saber que hacen –le reprendió Jungwon, si el lo permitía era porque Jay era un buen tipo.
—¿Pero puedo amenazarlo? –Ni-ki sonrió y Sunoo le pegó levemente en el brazo.
—¡No puedes! –chilló adorablemente.
Los 3 miraron a los dos jóvenes hablar cálidamente y sonrieron, para avanzar su paso y llegar cerca de ellos.
—¿Cuándo comienza en alumbrado? Debe ser dentro de poco, ya hay mucha gente –comentó la chica mirando cómo costaba avanzar entre todas las personas. Ni-ki miró su invisible reloj y se encogió de hombros.
—Quedan 20 minutos, vamos a intentar avanzar –le dijo Park sin quitar todavía el brazo de sus hombros.
Intentaron avanzar entre el tumulto, quedando en un lugar dónde se podían llegar a ver un poco las luces navideñas, a excepción de YoungMi, que era bastante baja. Jay no tardó en subirla a su espalda para que pudiese ver todo perfectamente.
—Gracias –susurró ella en su oreja mientras jugaba con su pelo, haciendo que los dos se pusieran levemente nerviosos.
Cuando quedaba 5 minutos para que las luces se encendieran, los 3 jóvenes se alejaron sin perder de vista a la pareja, para que pudiesen tener un momento de privacidad.
—¡Él tiene el pelo rosa! –exclamó Emily con una sonrisa y arrastró a los demás chicos para que lo pudiesen ver.
Se amontonaron cerca del trío de chicos, observando cómo sólo estaban ellos y no justamente las dos personas que buscaban.
—Ellos tienen que saber dónde están, vamos –Heeseung empujó a todos, hasta quedar frente a los adolescentes–. ¡Hola!
Sunoo, que nunca llegó a enterarse de que ocurrió en la pista de hielo, les sonrió listo para saludarlos, pero Ni-ki lo paró con velocidad.
—¿Qué queréis? –preguntó el japonés seriamente, muy pocas veces era así.
—Sólo queremos saber dónde esta YoungMi –pidió el australiano desesperado.
—Sí, claro, para qué le estropeéis el día, ¿no? No pienso deciros dónde está –declaró Nishimura seguro de su decisión.
—Por favor... –pidió Sunghoon sintiendo la angustia recorrer todo su ser.
Jungwon notó cómo el rostro del chico se contraía en una mueca de tristeza, así qué lo agarró del brazo y lo llevó junto a él al lugar. Mientras lo guiaba, justo cuando pudo ver a la chica, que seguía subida en la espalda de Jay, las luces se encendieron.
Sunghoon, son saber por qué, supo que eso no era algo bueno, que se le había agotado todo el tiempo que tenía.
—YoungMi... –comenzó a hablar Jay–. Realmente me gustas, estoy enamorado de ti, y sé que tú también lo estás de mi. Por favor... ¿te gustaría ser mi novia?
Fue algo simple, pero la joven se bajo de la espalda de Park y agarró sus mejillas acercando sus rostros.
—Me encantaría –susurró antes de unir sus labios en un dulce y corto beso.
Sunghoon se quedó estático en su sitio, observando cómo la chica que le gustaba besaba a otro.
El dolor en su pecho se hizo notablemente presente, y las lágrimas no tardaron en salir de sus ojos con amargura.
Se giró asustado, recordando que Jungwon también estaba presente. Lo último que esperaba era ver cómo dos lágrimas caían por sus mejillas.
—Tú también –susurró y el chico asintió sin contener las lágrimas.
—Jay... –le dijo en el mismo tono y Park no evitó apiadarse de él.
Los dos estaban viendo cómo las personas que les gustaban comenzaban a salir el uno con el otro, realmente era doloroso.
—Vámonos de aquí –habló el patinador de hielo, llevando a Yang a otro lado.
—No quiero verlos, no hoy –pedía el menor, y el chico simplemente asintió debido a que compartía el mismo sentimiento–. No le digas esto a nadie, por favor.
—Será nuestro pequeño secreto.
Desde ese día Sunghoon y Jungwon comenzaron a crear una secreta amistad, iniciada debido a sus corazones rotos.
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ꜱɪᴍᴘ (ᴘᴀʀᴋ ꜱᴜɴɢʜᴏᴏɴ)
Fanficˢⁱᵐᵖ|| -¿Qué puedo hacer por ti? -pedía ella persiguiendolo, el joven rodó los ojos molesto, debido a que siempre estaba detrás suya. -Dejar de ser una simp sería de gran ayuda -dijo con el mismo tono frío que siempre usaba. -¿Simp? ¿Me dirás que es...