Capítulo 3

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-¡Zoe!- gritaron ambos niños y se acercaron a abrazarla.

-No estoy contenta con ustedes, quiero que lo sepan.- los miró seriamente y ellos suspiraron- Quiero que suban al apartamento y me esperen ahí- se cruzó de brazos y ellos asintieron- pero esperen... Primero agradézcanle a... este chico por haberlos traído-

-Muchas gracias, Ross- dijeron al mismo tiempo y después desaparecieron de nuestra vista.

-Yo... lo siento por...- Zoe suspiró sin saber qué decir.

Sabía que era una situación complicada e incómoda.

-No te disculpes- rasqué mi nuca.

Negó con la cabeza- De verdad agradezco que los hayas podido traer, yo estaba...-

-Entiendo- asentí- y entiendo porque tus hermanos escaparon de la señora Smith, ella suele ser...-

-Complicada- terminó ella por mí y yo volví a asentir- lo sé, solo que no tengo con quien dejarlos, suelo llevarlos al trabajo conmigo o le pido a Audrey que los cuide por mi, pero sé que su novio me odia y...- volvió a negar con la cabeza y suspiró.

-Su novio suele ser un idiota la mayoría del tiempo- y era verdad, Gavin solía comportarse como un tonto.

-¿Tú cómo sabes...?- se quedó callada antes de terminar de hacer la pregunta- Claro, eres el mejor amigo de Gavin...-

-Sí, y tú la mejor amiga de Audrey- metí la única mano que tenía disponible (ya que, en la otra tenía la bolsa en donde estaban mis compras) a mi bolsillo del pantalón.

-El mundo es muy pequeño.- murmuró y por primera vez se atrevió a mirarme a los ojos, debo decir que tenía unos preciosos ojos azules, pero estos se veían sin ningún brillo o emoción- Nuevamente me disculpo y te agradezco infinitamente por... traer a salvo a mis hermanos-

-No tienes qué- mi rostro no mostraba emociones, igual que el de ella- y lamento que hayas tenido que esperar mucho, yo tuve que hacer unas compras y ellos me acompañaron-

-Oh... no te disculpes por eso- miró hacia el ascensor que estaba fuera de servicio- apuesto a que ellos no querían regresar.- soltó una risa amarga y como por tercera vez, volvió a negar con la cabeza- Tengo que irme, gracias otra vez... Ross- y sin dejarme decir palabra alguna corrió hacia las escaleras perdiéndose en ellas.

Suspiré sintiéndome realmente confundido e intrigado. Caminé hacia las escaleras por donde Zoe se había ido y comencé a subir hasta mi apartamento.
Llegué y dejé mis compras en la barra de la cocina y me tiré en el pequeño sofá que tenía.

Jamás pensé el tener una conversación pequeña con la chica que crea discusiones entre nuestros mejores amigos, me gustaría conocerla y tratar de entenderla un poco; sus padres habían muerto y ella había quedado a cargo de sus dos pequeños hermanos. Sabía entonces que era un tema delicado y el porque Audrey había guardado el secreto y con justa razón, y eso me hacía odiar a mi mejor amigo por ser un idiota, pero también entendía el hecho de que no sabía él nada de Zoe, aunque no le quito el mérito de ser un imbécil.

Me tallé los ojos sintiéndome frustrado, y justo en ese momento mi celular comenzó a sonar indicándome que me estaba entrando una llamada.

-Hey- contesté sin mirar quién era la persona que me llamaba.

-Te necesito aquí en menos de lo que canta un gallo- era Logan, mi estupendo jefe.

-Se supone que hoy es mi día libre...- rápidamente me cortó.

-Se supone y no me importa, Lynch. Te quiero aquí en veinte minutos si no quieres pagar las consecuencias- y sin decir más, colgó.

Maldita sea, Logan.

Me levanté del sillón y tomé mis llaves, para después caminar fuera de mi apartamento.

Odiaba este trabajo y odiaba a Logan con todo mi ser, lo único malo es que no me podía zafar de esto tan fácil.

Una vez fuera de mi edificio, caminé hacia la parada de autobuses, me vale un maldito comino el no llegar a la hora establecida por él, me tomaría mi tiempo.
Ya estando en la parada de autobuses pude encontrarme de nuevo con Zoe, esta tenía lágrimas esparcidas en sus mejillas y los ojos rojos por haber llorado. Ella también estaba esperando el autobús, así que me acercaré un poco, aunque sé que no va a querer contarme lo que le pasa, digo, apenas hoy tuvimos una conversación.

-Hey- me acerqué a ella y me senté a su lado.

-Ross...- me miró sorprendida.

-Lamento parecer entrometido, pero... ¿Las cosas están bien?-

-Yo...- suspiró tratando de contener el llanto.

-Estás en tu derecho de no contarme las cosas, sé que es algo privado y apenas si nos conocemos-

-Gracias- sacó un pañuelo de la mochila que tenía en sus piernas, para poder limpiarse la nariz.

-Tampoco sé qué decirte en realidad para hacerte sentir bien, pero... cualquier cosa que necesites puedes decirme- sonreí un poco.

-No tienes que decir nada- se encogió de hombros- pero agradezco tu interés, no muchos tienen ese gesto conmigo-

-Son personas que no saben lo que es la empatía, créeme que hay muchas en el mundo, lo bueno es que hay ocasiones en que a ellos se les paga con la misma moneda, personas que son peores que ellos.- justo iba pasando el autobús- ¿Subes?-

-Yo... sí, tengo que regresar al trabajo- nos levantamos y subimos al autobús.

-¿Dónde trabajas?- pregunté una vez dentro del autobús. Sí, nos habíamos sentado juntos, lo que era sorprendente.

-Yo, soy ayudante en una casa hogar y... los fines de semana soy empacadora en una tienda, ¿tú?-

-No es un trabajo común...- me tensé- es lo único que te diré-

-Entiendo- asintió- ¿Tú... vives solo?-

-Sí, no soy de aquí. Mi familia y yo somos de Littleton, ellos siguen ahí, yo solo vine por la universidad-

-Oh...-

-No sueles ser de muchas palabras, ¿verdad?-

-No realmente.- volteó a la ventana y se paró- Es aquí mi parada. Gracias otra vez Ross, por todo.- iba a caminar, pero se detuvo- Ross...-

-¿Si...?-

-Por favor, no le digas a nadie sobre esto, sobre mí y lo que te pudieron haber contado mis hermanos, por favor-

-No tienes que preocuparte, no sería tan tonto como para decirlo- asintió y caminó lejos de mi, para después bajar del autobús.

Realmente no entendía nada.

I'm Uncomfortable- Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora