Capítulo 8

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Llegué a mi departamento sintiéndome confundido y frustrado. Gavin siguió enojado conmigo en lo que restó del día en la universidad, ni siquiera me dirigió la palabra y ni hablar de Audrey, a ella ni siquiera la miró. Está actuando como un niño que no obtuvo lo que quiso.

Y ahora un tema que me está atormentando, es el tema de Zoe...

¡Maldita sea! No he podido dejar de pensar en ella desde que comenzamos el semestre, ni siquiera nos hablábamos y me intrigaba demasiado, y ni hablar de cuando hablamos por primera vez, causó algo en mi que nadie lo había provocado. La furia y la preocupación que me generó el saber el maldito plan de Logan, lo feliz que me hizo el saber que le genero la suficiente confianza como para que platique conmigo...

Suspiré tirándome al sofá del living.

La forma en como me habló hoy en el descanso y... ¡Por Dios! El sonido de su risa fue lo más jodidamente hermoso que he escuchado.

Froté mis ojos y volví a suspirar.

Creo que estoy perdiendo la cabeza, no quiero ni siquiera aceptar esto que estoy comenzado a sentir por ella porque sé que no necesita un problema más en su vida.

No quiero sentir nada.

Estoy agotado, mierda, necesito descansar...
Pero, ¿cómo puedo escapar de ti si estás en mi cabeza?

Tenía suficiente con los problemas que surgieron antes como para venir a abrumarme con un tema que he estado evitando en un tiempo, ¿cómo si quiera conseguiré tiempo para seguir pensando en ella?

Como si no hubieras tenido el suficiente estas últimas semanas.

Mi consciencia y la ayuda que me da en estos momentos. Creo que nunca me ayuda, siempre tengo estos pensamientos intrusivos que no me dejan dormir por las noches.

Tal vez lo mejor que necesite hacer es alejarme un momento de todo el mundo real, y lo digo en serio. Y para este tema el único que me puede ayudar es Logan.

[...]

-Hoy sí llegaste temprano, Lynch- la burlona voz de Logan me hizo querer rodar los ojos.

-Vine temprano porque quiero pedirte un favor- dije sin más y él me miró alzando ambas cejas.

-Te escucho- se recargó en el respaldo de su silla.

-Quiero que me prestes una de tus motos-

-¿Lynch se siente abrumado?- de nuevo su tono de voz burlón.

-¿Me la prestarás o no?- me crucé de brazos y él suspiró.

-Está bien, lo haré, solo porque haz estado trabajando bien- asintió en aprobación y yo sonreí.

-Gracias-

-¿Irás a ese bar?- preguntó sospechando del porqué le había pedido una de sus tantas motos.

-Lo haré- me acerqué a su escritorio y tomé una de las llaves.

-¿Sabes que apenas está iniciando la semana?- alzó una ceja y yo bufé.

-Estoy consciente de ello- me alejé de su escritorio.

-¿Y entonces?-

-Me importa una mierda- y sin decir más, salí de su oficina y caminé escaleras abajo, para después caminar a la puerta de atrás y salir.

Ahí estaban, unas cuantas motos y todas le pertenecían a Logan. Ganaba una gran cantidad de dinero que le permitía tener este gusto.

Me subí a una de ellas y rápidamente arranqué, no sin antes ponerme el casco.

Sabía que no era bueno lo que iba hacer, que esta no era la forma de querer afrontar o salir de mis problemas, pero... ¿Desde cuándo hago las cosas bien? De todas formas siempre termino decepcionando a alguien, hasta yo mismo estoy decepcionado de mí.

[...]

Perdí la noción del tiempo, apenas si recordaba mi nombre. No sé cuánto alcohol he ingerido y que otras sustancias había consumido, pero se había logrado el objetivo.

Me sentía tranquilo, relajado y debo de decir que hasta feliz, una sensación que no había obtenido desde hace un largo tiempo.

Escucho ruidos, ¿qué mierda es ese sonido?

No estaba prestando nada de atención a lo que sucedía en el bar, solo sabía que había un par de chicos sentados al lado de mi riendo y bebiendo.

Ojalá pudiera sentirme así todos los días, sin ninguna preocupación que pase por mi mente, sin que esa chica de ojos azules que me miran con curiosidad tenga que aparecer en mi cabeza.

No me molestaría en irme del bar, sé que sería bastante extremo tomar la moto de Logan e irme a mi apartamento, pero como no estoy en mis cinco sentidos eso terminaría en un accidente, donde importaría más esa moto que mi vida.
El del bar ya me conocía, su nombre es Henry, un hombre de cincuenta años bastante amable a decir verdad; siempre que vengo aquí él es quien me cuida y me deja dormir en la barra, dice que no le molesta, al contrario, prefiere que me quede dormido aquí y vigilarme, a que yo haga alguna idiotez en la calle y me pase algo.

No sabía qué hora era, solo sé que es bastante tarde y que no llegaría mañana a la universidad, no me importa perder un día de clases, no es como si pasara la gran cosa de todos modos.

Reí al mirar como un idiota cayó al piso de lo borracho que estaba, apenas si podía mantenerse de pie.

No es como que tú puedas pararte ahora.

De nuevo mi conciencia y los pensamientos que aparecen en mi mente para molestarme.

-Quiero más- señalé la botella de cerveza que estaba vacía y el barman asintió comprendiéndome. Me quitó la botella vacía que yacía en mi mano derecha y al instante puso una nueva.
Le di un gran trago que me hizo sentir en el paraíso y después me recargué en la barra.

Ojalá la vida fuera tan sencilla como la siento ahorita, ojalá no tuviera este dolor en el pecho que me atormenta día a día, ojalá no tuviera que decepcionar a mis padres y a mis hermanos.
Tal vez no debería percibirme como una mala persona, pero creo que las circunstancias en las que estoy es difícil no sentirme de ese modo.

-Estás muy borracho, amigo- escuché a mi lado. Creo que era el par de chicos que estaba ahí desde hace un rato.

-No... no es cierto- soltó una carcajada al decir eso y su amigo igual rió con él.

-Claro que sí. Necesitamos irnos, ya son las tres de la mañana y tenemos que trabajar en unas horas más-

¿Tres de la mañana? ¿Tanto tiempo llevo metido aquí?

Suspiré y cerré mi ojos, me sentía cansado y el efecto de lo que he ingerido hoy no ayudaba demasiado. Comencé a sentir mis párpados pesados, lo que significaba que el sueño se estaba apoderando de mi.

Vaya basura.

I'm Uncomfortable- Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora