Capítulo 7

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"Sangre y cenizas"

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"Sangre y cenizas"


ELEINE

-¿Entiendes por qué te encuentras aquí? -me preguntan

-Sí, lo sé -es mi respuesta.

-Señorita Gabana, eso no se puede repetir de nuevo -me dice y alzó la cabeza, miro fijamente al hombre que se encuentra frente a mí.

-Eso no fue culpa mía

-Lo sé, pero tiene claro que la pueden demandar por lo ocurrido.

Y es ese momento suelto un resoplido. Me encuentro en la dirección de la secundaria por lo ocurrido ayer. Alan Murph es el nombre del chico que intenso abusar sexualmente de mi el día de ayer y se encuentra con la nariz rota el día de hoy.

-Me queda claro, pero eso no fue mi culpa, yo solo me defendí.

-Eso lo entiendo, pero si esto llega a juicio las cosas se pondrán feas -responde.

-Dígame, si vamos a juicio, ¿Quién cree que saldrá ganando? ¿la pobre víctima o el asqueroso abusador? -se queda callado porque ya tiene la respuesta -. ¿Ve? Yo saldría ganando así que le sugiero no trate de jugar conmigo, porque perderá. -digo mientras me levanto del asiento.

-No se puede retirar aún.

-Claro que puedo, o no recuerda quien soy yo y desde que empecé a estudiar en este lugar mi abuelo a dado varias donaciones a las instalaciones. Además recuerde si yo quiero puedo hacer que este lugar lo clausuren y a usted lo desaparezcan solo por insinuar esas cosas. Así que le sugiero hablé con los padres, con ese chico y que piensen bien lo que hacen. Porque lo deje vivir por su familia, pero si vuelve a hacer algo así, la próxima no lo cuenta -es mi respuesta, abro la puerta, salgo y la azotó con fuerza.

Sí este sujeto cree que me puede mandarme, está muy equivocado, ningún proxeneta me da órdenes.

Camino por el pasillo seguida por Alexei, noto como mueve de vez en cuando los brazos y las muecas involuntarias que hace.

No siento lastima ni me arrepiento de lo que hice. Merecía un castigo y no lo podía matar, no como a los otros. A Alexei lo necesito vivo, es lo que me queda de Italia.

Nos dirigimos a la cafetería, es mediodía y debo almorzar algo. No me importan las miradas que recibo, ni mucho menos cuando paso cerca de un grupo el como se apartan para dejarme pasar.

Ahora lo entienden, me deben tener miedo.

Ya era hora de que lo tuvieran claro.

Entramos a la cafetería y recojo mi bandeja con comida; una ensalada con pechugas de pollo y un jugo de naranja. Camino a una mesa vacía, me estoy terminando de sentar cuando alguien más se sienta frente a mí. Alzó la mirada y encuentro a una chica castaña con una enorme sonrisa.

Oscuro Deseo © ✓ [Libro 1] (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora