Capítulo 11

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"Ira"

Gritos de dolor llenan el lugar. Nos encontramos en el sótano de una de nuestras bóvedas, especiales para interrogar y acabar con ratas. Justo como estoy haciendo en este momento.

—¿Vas a hablar ahora? —pregunto mientras aumento la descarga de electricidad.

Su respuesta es escupir en mi camisa y decir un simple—. Jamás.

Incremento la descarga un poco más, sus gritos aumentan y luego apagó todo. Suelta gemidos ahogados y la saliva cae de su boca en exceso.

—Lo sabía. . . Desde el momento que me dieron el caso supe que era cierto. . .—murmura por lo bajo.

—¿Qué era cierto?

Alza la cabeza y responde con rabia—. Todo aquel policía que involucre a tu familia y la mafia en la misma oración termina muerto. . . —comienza a hablar—. Sino mírame, estoy aquí porque me acerque mucho a la verdad y no querían ser expuestos.

Suelto una risa—. No, estás aquí porque eres un problema —me acerco a él y murmuro en su oreja—. Además, me encanta acabar con ellos de raíz, no necesito y tampoco soy conocida por dejar cabos sueltos.

Ahora el que ríe es él—. ¿Oh, en serio? Déjame decirte algo, Eleine, puedes matarme, pero eso no quitará que esa información saldrá a la luz. Todos sabrán que tú familia no solo está en la mafia, sino que controlan una parte importante. —explica muy seguro de mi mismo.

Apoyo mi mano en su hombro y lo aprieto, la herida que anteriormente le dice con una navaja comienza a sangrar—. Pero, ¿Quién dijo que eso iba a pasar? Las únicas dos personas que saben eso están aquí y las voy a acabar —digo, me coloco recta y chasqueo los dedos mientras hablo—, tráiganlos.

Dos de mis hombres salen de la habitación, cuando regresan están arrastrando y forcejando con los personas. Una mujer y un niño de alrededor doce años. Ambos amordazados y atados.

El hombre frente a mí al reconocerlos comienza a gritar— ¡Suéltalos! ¡Ellos no tienen nada que ver! ¡Son inocentes!

Le doy una patada en el estómago suelta un grito y las personas tras de mi intentan decir algo pero sus palabras son amortiguadas por las mordaza.

—A mí no me importa si tienen o no que ver, mucho menos si son inocentes —respondo mientras sacudo mis manos—. En el momento que decidiste meterte en mi camino sellaste tú destino y en el proceso el de tu familia.

—No les hagas nada —suplica—. No saben en los asuntos en lo que me involucre. Por favor. . .

—No me importan tus súplicas, te metiste con mi negocio, amenazaste a mi familia y nos delataste con el FBI. Te di la oportunidad de dejar las cosas tranquilas pero encendiste el cerillo e iniciaste el fuego. Ahora observa las consecuencias de tus actos —me giro, rápidamente saco la Beretta de mi cinturilla, le quitó el seguro, me coloco en posición, apunto y disparo limpiamente. El tiro es rápido y da perfectamente entre ceja y ceja. Sangre salpica a la madre, el cuerpo es dejado caer abruptamente y ambos progenitores gritan violentamente. Me giro y lo enfrentó.

—¡ESTAS EMFERMA! ¡ERA MI HIJO! ¡ERES UNA COMPLETA. . .! — no lo dejó terminar, con el mango de la Beretta lo golpeó y lo silencio en un instante, le vuelo un diente y sangre sale rápidamente de su boca

—Yo no ando jugando, de aquí nadie saldrá hasta que pagues, ¿Y que mejor venganza que ver cómo mueren tus seres amados? Solo por tus actos, porque esto es tu responsabilidad, de más nadie —digo tranquilamente.

Su cuerpo está en tensión, la silla de metal en la que se encuentra y las cadenas que lo aprisionan impiden que venga  por mí, pero eso no evita que la ira y odio irradien de su cuerpo.

Oscuro Deseo © ✓ [Libro 1] (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora