Capítulo 19

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"Conflicto"

Cruzo las piernas y paso a la siguiente página del libro que estoy leyendo.

Bebo un poco de agua y reanudó la lectura.

Leo el mismo párrafo por cuarta vez y cierro el libro de golpe.

No me puedo concentrar.

Masajeo mis sienes y tomo respiraciones, luego de la fiesta de diamantes una migraña a ocupado la mayor parte de mis tardes. No le he dicho nada a Alexei, para que no haga escándalos, pero sobre todo para que no traiga al doctor.

Una cosa es que él estuviera cuando estuve desmayada, pero otra que regrese y me chequee estando despierta.

No soporto a los médicos, y entre más lejos este de ellos, mejor.

Tomo otro poco de agua y mantengo los ojos cerrados, cuando siento que las punzadas han bajado, suelto un suspiro.

Mantengo los ojos cerrados otros instantes y pienso.

Después de la fiesta las cosas han estado tranquilas, lo más tranquilas posibles.
Los hombres del consejo no han molestado, el padre de Ashton se a mantenido alejado de mi y no ha habido ataques por parte del Outfit.

Todo en una calma, que me es irritante, porque tanta tranquilidad no es normal y mucho menos después de todo el desastre que a ocurrido en estos tiempos.

Me mantengo intranquila, porque en cualquier momento van a atacar y será por dónde menos se espera.

Algo lame mi mano y abro los ojos, unos verde intenso me observan.

Le doy una sonrisa y acarició su cabeza.

—Hola, Kalum, ¿Cómo estás? —pregunto con voz suave.

El bebé puma me da otra lamida en los dedos. Se da la vuelta y regresa a acostarse en el cojín de mi lado.

Se acuesta, apoya la cabeza en sus patas, cierra los ojos y suelta un suspiro.

Miro al frente y me topo con una pared vacía, estamos en la sala de estar y decidí quedarme un rato leyendo, liberando la mente y concentrarme.

Pero no lo he conseguido.

Le doy una mirada al pasillo que da a la oficina principal, desde la lectura del testamento no he entrado a ella, he dejado reposar eso y que se asiente en mí.

Las nuevas responsabilidades que me han dado, son como unas cadenas gruesas que cubren mis extremidades y me dicen que jamás escaparé de este estilo de vida.

Es como si, algo en el destino halara y cada que me saldré de sus planes, hace algo para mantenerme en su camino planificado.

Dejo el libro en la mesa de café, me levantó del sofá y comienzo a dirigirme a la oficina, pero en ese momento una sirvienta entra a la habitación y habla con la voz baja y la cabeza gacha.

—Perdone la interrupción, señorita, pero hay alguien que desea verla.

Me encuentro frente a un sofá individual, me doy la vuelta y la enfrentó.

Oscuro Deseo © ✓ [Libro 1] (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora