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Luego de una semana de descanso se le permitió a Jungkook y Jimin volver a clases, por eso ahora ambos se encontraban en la cocina desayunando junto a la madre del menor.

- Si alguno de ustedes se siente mal solo llamen e iré de inmediato a buscarlos, ¿De acuerdo? -ambos asintieron con su cabeza, la mujer se había encargado de repetir una frase similar durante todo el día anterior y la mañana, era claro que aun estaba preocupada por su salud.- Y Jimin, hablé con tu madre y al fin decidió presentar cargos contra tu padre, así que ese hombre seguirá encarcelado al menos mientras dure el juicio, y por supuesto que tiene una orden de alejamiento, pero debes tener cuidado de todas formas, no se sabe lo que sea capaz de hacer.

El pelirrojo agradeció las palabras de la Sra. Jeon, sin ella y Jungkook probablemente estaría en un lugar mucho peor, pero tenía la suerte de tener un amigo que se preocupaba por él.

Tras terminar el desayuno los chicos tomaron su mochila y una chaqueta, siendo finales de enero el clima aun se mantenía frío, en especial por las mañanas. El camino hasta la escuela fue silencioso entre el par de amigos, ninguno quería decir lo obvio, que probablemente todos estarían hablando de ellos cuando llegaran. Y no era algo que alguno de ellos quisiera, pero así es la escuela, cuando algo tan grande y escandaloso ocurre es cosa de minutos para que todo el cuerpo estudiantil se entere, pero el problema caía en esta ocasión en las palabras que el padre de Jimin había soltado durante la pelea, llamar a su hijo un maricón frente a los estudiantes haría que los rumores se esparcieran con rapidez, y Jungkook estaba seguro que su amigo estaba aterrado de ello, a él personalmente no le importaba si lo tildaban de gay, desviado o cualquier otro insulto barato que saliera de adolescentes estúpidos, pero su amigo era ciertamente más sensible en esos temas.

Al llegar a la esquina de la calle donde se encontraba la entrada de la escuela, Jungkook posó su mano sobre el hombro del pelirrojo para detener su andar, el mayor se giró para observar a su amigo.

- Jimin, estaré contigo en todo momento ¿De acuerdo? No dejaré que nadie te haga daño.

Tras un asentimiento de parte del mayor ambos siguieron su camino, y como era de esperarse en cuanto cruzaron la puerta principal las miradas poco a poco comenzaron a caer sobre ellos, miradas acompañadas de murmullos casi inaudibles, pero estaban ahí. Frunciendo el ceño Jungkook dedicó miradas de fastidio a toda persona que se cruzase por su camino, siempre había detestado el cotilleo que se generaba, pero ahora solo lo hacía sentir furioso. Con su frente en alto entrelazó su brazo con el de Jimin, quien lo observó unos segundos, y al notar esa actitud tan segura de parte del menor no pudo hacer más que sonreír y seguir el paso que este marcaba. Jimin estaba realmente agradecido con la vida por tener a alguien como Jungkook a su lado.

Las primeras horas de clases pasaron sin mayor novedad, cada vez que los murmullos entre los alumnos comenzaban a ser demasiado bulliciosos el profesor llamaba la atención a todo el salón para que guardaran silencio, y así ocurría.

Cuando llegó el almuerzo ambos fueron a la cafetería sin prestar atención a su alrededor, y en cuanto tuvieron algo de comida en sus manos se fueron hasta el patio trasero, donde se encontraron a Yoongi en una de las mesas.

- ¡Jimin! -el rubio casi saltó de su asiento para ir hasta el mencionado, inspeccionando con sus manos el rostro del menor.

- Yoongi. -Jimin soltó una risita.- Ya te dije que estoy mejor, tranquilo.

- Necesitaba estar seguro. -el mayor le dedico una suave sonrisa antes de envolver el cuerpo del pelirrojo en un abrazo.- Realmente te extrañé.

- También te extrañé. -contestó el chico, no pudiendo corresponder el abrazo por las bolsas de comida que traía en sus manos.

Play with me | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora