Capítulo 6 Determinación

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Ivan

Pasada una hora de camino, casi todo el equipo estaba dormido con excepción de María, Andrew y yo.

Me levanté a revisar el tobillo de Andrew —Los nanobots están por terminar su trabajo ¿cómo vas con el dolor? —le pregunté mientras me colocaba un par de guantes y me presentaba debidamente.

—No me molesta, solo dolió cuando los activó —respondió en voz baja.

Toqué cerca de su herida para asegurarme de que aún no sintiera nada —Usaré el Blizna para cerrar tu herida —el asintió un poco nervioso.

Mientras preparaba el aparato noté como Andrew miraba algo triste la dulce escena que Alexander y Sera formaban —Te diré un secreto, ella sigue soltera —giró su cabeza en mi dirección, ajusté el Blizna al tamaño de la herida—, ninguno de nosotros está en una relación seria.

Sostuve la maquina sobre la herida por un minuto.

—Listo —exclamé.

—¿Eso es todo? —cuestionó bastante extrañado.

—Sí, eso es todo, a falta de paletas te daree... —tomé la caja con las reservas de alimentos —dos barras de carne de res y dos de calabaza, ¿te parece bien?

Sus ojos estaban a punto de estallar en llanto —¿Qué pasa? ¿Te duele el tobillo? —me acerqué para revisarlo.

—No, no es eso —una lagrima corrió por su mejilla—. Es solo que no había podido comer carne de res o calabaza en... no se cuento tiempo —al verlo así no pude evitarlo; posé mi mano sobre su rostro, limpié sus lágrimas y le dije:

—No volverás a pasar hambre, te lo prometo.

Me aparté, le di las barras y también una botella de agua.

Cuando me dispuse a sentarme el perro que hasta ahora había estado acostado, se levantó, esperando que también le diera algo, sonreí y le abrí una barra de carne —Ten muchacho —tomó la barra de mi mano devorándola en un santiamén, abrí otra de las botellas para darle agua al tierno perro, en cuanto se la terminó se acurrucó cerca de mi asiento y se volvió a dormir.

Volví a mi asiento y me dispuse a dormir el resto del camino.

Andrew

No supe cómo reaccionar, sus ojos frente a los míos, su voz gruesa, sus amables palabras No volverás a pasar hambre, te lo prometo... Te lo prometo."

‹‹Es bastante lindo››

Si conciencia lo sé, sus ojos esmeralda son hermosos... pero que estoy pensando, es un chico.

Comencé a comer las barras, me llené la boca para evitar hablar con él, no fue necesario porque se quedó dormido.

‹‹Te preocupas por nada››

Me recosté mirando el techo del vehículo, algunas abolladuras de bala eran visibles, en el suelo estaban presentes marcas de rasguños, algunas parecían de arrastre, pero otras claramente fueron provocadas por los Kroachers, ¿A qué se dedicarán exactamente?

Terminé las barras, intenté disfrutar su sabor, pero el hambre acumulada por meses sin comer bien me lo complicó, mi estomago se sentía satisfecho, mis labios ya no estaban partidos y me sentí inmensamente cansado tanto que al cerrar mis ojos me quedé dormido.

6 horas después

—¡Vamos!, ¡vamos!, ¡todos despierten!, ¡arriba!, ¡arriba!, ya vamos a llegar, en 15 minutos estamos en la frontera —desde el asiento del copiloto una chica con el pelo castaño claro nos despertaba.

Todos, incluido Xolot bostezaban, me incorporé en mi asiento topándome con la mirada de Seera, ella me observaba de arriba abajo deteniéndose un momento en la reciente cicatriz de mi tobillo, haciéndome sentir desnudo y vulnerable ante su mirada.

—¿Cómo te sientes? —me preguntó bastante seria.

—Bien... bien ya no me duele... gracias —respondí amablemente inclinando un poco la cabeza para agradecerle.

Se levantó de su asiento dirigiéndose a la chica que acababa de despertarnos, aproveché ese momento para preguntarle a Ivan en voz muy baja

—Oye... no le agrado a Seera, o ¿porque me miro así?

—Pff, no tiene nada en tu contra, hace eso con todos, luego de estar en riesgo o cuando nos pasa algo malo nos "escanea" para ver nuestro estado y buscar heridas —respondió entre risas, calmando mi preocupación.

Mientras asimilaba la información de que Seera probablemente se preocupaba por mí, un chico bastante joven se sentó a mi lado.

—Hola mi nombre es Nikolái Velikaya, no pude presentarme antes —extendió su mano

—Yo soy Andrew, Andrew Williams, es un placer conocerte —correspondí su saludo.

—El gusto es todo mío, no todos los días conozco a un superviviente que llegue tan cerca de la frontera —es un chico muy tierno, me extraña que alguien así pertenezca a la brigada alpha.

—No, no para nada, es menos común conocer tan de cerca a la legendaria brigada alpha —esto no es para nada una exageración, la brigada alpha es conocida a nivel mundial, incluso cuenta con grupos de fans.

—La condescendencia de ustedes dos es completamente increíble —Louis escupió esas amargas palabras.

—Cierra la boca —una chica muy similar a Louis le dio un golpe en la nuca.

—Púdrete Anna... Si me dolió —se sobó el reciente golpe— Okay lo siento.

—Estamos por llegar —anunció la chica castaña de antes.

Miré por el parabrisas, ante mis ojos una muralla de metal sólido, por lo que leí la muralla mide 90 metros de alto y fue soldada con el metal de centenares de barcos.

El auto se detuvo —Seera Ivanovna, Líder de la brigada Alpha, placas A274B­­­­ —habló Seera por un intercomunicador.

—Adelante, Bienvenidos —una voz del otro lado respondió.

—Traemos con nosotros a un superviviente y a un perro —todos estaban atentos, aguardando la respuesta de la otra persona.

—Prosigan, una vez dentro trasladaremos a los civiles —una puerta de la gran muralla se abrió permitiéndonos el paso.

No sabía que me esperaba del otro lado, pero estaba muy seguro de algo, haría todo lo posible por quedarme en Rusia.

KILL KROACHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora