Capítulo 20 Lluvia

19 4 1
                                    

Andrew

Los corazones de todos en la sala se paralizaron cuando la transmisión fue interrumpida.

‹‹Morirá, al igual que todo lo que quieres››

—No —respondí a mi conciencia en voz alta

—Tranquilo —Rudolf apoyó su mano en mi espalda—, estarán bien son bastante capaces.

Pasaron un par de horas a penas y nos movimos del lugar, Rudolf y Anna hicieron algunas llamadas preguntando por el estado de todos.

—Parece que los 4 están bien —Anna nos dio algo de paz.

—Mi contacto en el escuadrón antibombas me dice que los evacuaron hace una hora —informó Rudolf.

Los Noticieros informaban minuto a minuto como se desarrolló el ataque.

—Un grupo de 53 civiles armados invadieron a las 17 horas el teatro Halldow cobrando la vida de hasta ahora 123 invitados y elementos de seguridad, según los informes del general Ivánovich se contuvo totalmente la amenaza y se desactivaron todos los elementos explosivos que estos supuestos activistas habían plantado en el teatro —la reportera se veía muy consternada por la situación aun detrás de la máscara de profesionalismo que proyectaba—. Tambien según la gaceta oficial de eventos del teatro, el ataque inició mientras se presentaba la ya tan conocida líder del equipo Alpha, portando un traje de avanzada al que se le atribuye que su estado de salud se encuentre intacto. Por un golpe de suerte algunos otros elementos de la brigada Alpha se encontraban dentro del teatro cuyas habilidades en combate ayudaron a contener a los ahora nombrados terroristas.

Fuera del teatro.

Una desanimada lluvia empapaba todo en la calle, los Buitres con disfraz de periodistas, las ambulancias y las bolsas con cadáveres que eran trasladadas a la morgue.

Seera, el equipo que venía con ella y el diseñador esperaban dentro de la ambulancia 7, por privacidad un solo paramédico atendió sus heridas.

Una bala en el hombro derecho de Ivan, algunas cortadas en el costado izquierdo de Louis y la pequeña herida que había causado una bala al rozar la mejilla de Alexander.

Los teléfonos de Seera y Alexander vibraron al mismo tiempo, Seera se apartó un poco del grupo para contestar la llamada.

Alexander al contestar se percató, de que la llamada venia desde la residencia Alpha respondiendo de inmediato.

—¡¿Cómo están todos?! —la preocupada voz de Anna salto de inmediato—, están en altavoz estamos todos aquí.

—Tranquila hermanita —intervino rápidamente Louis— todos estamos bien, tanto como podemos.

—¿Cómo que tanto cómo pueden? —Nikolái, histérico como es de esperarse.

—Calma, solo tenemos heridas menores —Alexander dio algunos detalles sobre sus heridas aclarando que ya estaban siendo atendidos.

Tras un breve momento de silencio donde esperaban que Ivan dijera algo en su lugar Rudolf preguntó

—¿Cuándo regresan?

—Mañana a más tardar —impaciente por volver Ivan respondió.

—Solo volverán ustedes tres —Seera tras cortar la llamada al fin intervino en la conversación.

—¡¿De que hablas?! —exclamaron ambos lados de la línea.

—Aun tengo asuntos que resolver en la ciudad llegare a la residencia la siguiente semana —su negativa a dar alguna otra explicación preocupo a todos, aun así, no cuestionaron su decisión.

El espacio era tan pequeño que cualquier sonido emitido dentro era percatado por el agudo oído de Alexander, todos menos el de la llamada que había recibido Seera, puesto que ella configuró su celular a un volumen ridículamente bajo que solo pudiera escuchar ella teniéndolo pegado a su oído añadido a esto las respuestas que daba eran tan neutrales que se volvía imposible descifrar el tema de la conversación.

Camilo, el paramédico, había terminado con el resto de los pacientes dentro de la ambulancia, acercándose finalmente a Seera que se encontraba en asiento del copiloto.

—¿Tienes alguna herida con la que pueda ayudarte?

Seera negó con la cabeza, Camilo retrocedió un poco, tomó algunas gasas mojándolas con agua destilada las ofreció a ella.

Notando la confusión de Seera, él mismo y con mucha gentileza comenzó a limpiar la sangre de su rostro, no parecía muy interesada el hacerlo por ella misma dejando que el continuara hasta que cada gota de sangre fue removida.

—¿Cómo te llamas? — preguntó Seera al paramédico.

—Camilo.

—Gracias Camilo.

—Es un placer, jamás creí que atendería a alguien tan importante como ustedes.

Seera sonrió ligeramente —Si trabajaras en nuestra federación atenderías a muchos en peores condiciones.

Ambos suspiraron,

—Es verdad, en la federación militar y cerca de la frontera las heridas como esta no son nada.

Camilo descendió del vehículo informando al general que el estado de todos era optimo.

Discretamente por medio de un abrazo el general agradeció al paramédico introduciendo en su bolsillo delantero un pequeño fajo de billetes.

—Cualquier cosa que se discutiera dentro de la ambulancia es obviamente confidencial.

—De mi no escuchara una palabra —Camilo prosiguió a retirarse.

El general, acompañado de su esposa y de su protegido Malkoçoğlu caminaron hasta la ambulancia.

Antes de que incluso tocaran la puerta Alexander la abrió para ellos, Seera aun inmóvil en el asiento del copiloto giro levemente su cabeza preguntando.

—¿Cuántas bajas?

Malkoçoğlu con algunas hojas en sus manos se aproximó a ella extendiéndolas, dejando al descubierto su característico tatuaje de serpiente que recorría la punta de su dedo anular hasta su antebrazo.

Al percatarse de que era él le miró a los ojos retirando su mirada hacia la lista de difuntos.

Ximena Vin....

"139 personas, entre ellas una hermana mía" pensó.

Malkoçoğlu en un intento de consolarla apoyó su mano sobre el hombro de Seera.

Ella le regresó la lista de inmediato apartándolo en el proceso, dirigiéndose a sus padres habló.

Asegúrense de que Angie llegue con bien a su casa lo sedaron por el pánico que tenía —acto seguido abandonó el vehículo siendo seguida por su brigada.

La lluvia lavaba la sangre que había en su traje de combate su maquillaje intacto, cruzaron frente a los medios a ritmo constante hasta que un entrometido reportero le cuestionó con toda la maldad.

¡¿Te consideras un héroe por las vidas que quitaste esta noche?!

Se detuvo en seco, girando lentamente su cabeza respondió.

—La vida de esos terroristas tiene tanto valor como la vida de las cucarachas y yo soy una Kill Kroacher.

Continuó con su camino subiendo a la camioneta que los Hilton habían mandado para recogerles.

Recostada entre los brazos de su hermano y con las ventanas arriba comenzó a llorar amarga y libremente recordando cada uno de los rostros de aquellos a quienes había asesinado, repitiendo desde el fondo de su corazón que lo hacia por el pueblo.

No fue hasta entonces que con las lagrimas de Seera el maravilloso y ultimo maquillaje que había realizado Ximena comenzó a caer. 

KILL KROACHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora