"Prueba mi paciencia. Di algo, algo que me haga mantenerme cuerdo. Algo que me haga sentir que esto no es el jodido infierno."
Fanfic de la película "Cherry", protagonizada por Tom Holland.
Mi vida era normal. Era un chico cualquiera de 19 años viviendo en una ciudad sin relevancia como lo era cualquiera que estuviera situada en Ohio, con amigos de mi edad y una preciosa novia que era una completa zorra.
Y se preguntarán “¿Cómo es que puedes hablar de semejante manera sobre tu novia?”
O tal vez a nadie le importe una mierda la explicación que tengo para dar.
No importa cuál sea la respuesta, la razón es sencilla: me restregaba en la cara a los chicos con los que se acostaba en su universidad. Para ella yo era un estorbo.
Su libertinaje y gusto por la promiscuidad fue la razón de nuestra ruptura.
Bueno, tal vez sólo la excusa perfecta para terminar, pero no la razón principal para hacerlo.
La verdadera razón fue ella, _____ Palmer. Y mentiría si dijera que desde que la vi no me había imaginado follándola. Era bonita, tenía un bonito trasero y era muy inteligente.
Sólo tenía un defecto.
Todos la conocían por ser la dealer de la universidad.
No era un secreto para nadie que hasta algunos maestros la frecuentaban para pedirle un poco de cocaína, alcohol o sobornos con la finalidad de pasarla con buenas calificaciones. Aunque estaba seguro que de igual manera si presentaba los exámenes saldría con las mejores calificaciones del grupo aunque realmente ella no podía manchar su reputación de la chica problema demostrando que sabía cosas acerca de la carrera.
Era una chica rebelde, amaba saltarse los límites todo el tiempo y era sarcástica la mayor parte de veces que había visto cómo sociabilizaba. Toda ella tenía una advertencia con luces rojas que gritaba "Peligro, voy a romperte el corazón".
Ella había salido durante los últimos dos años con el capitán del equipo de futbol de la escuela. Un verdadero cabrón engreído que sentía no ser merecido por nadie y adicto a la cocaína. Era más alto que yo, de cabello negro y ojos marrones, quijada marcada y cara de odiar a la vida pero que mantenía una suerte extraordinaria con todas las chicas, de hecho no era un secreto que engañaba a su novia con cualquier cosa que tuviera tres agujeros y sin embargo a Palmer eso no parecía importarle un carajo, tan sólo la miraba ambivalente cuando le decían con quién la habían engañado.
